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Reportaje:EXCURSIONES: JUNTO A ZARZALEJO

¡Toma castaños!

Árboles centenarios salen al paso por las veredas de este pueblo que se acurruca al pie de Las Machotas

Las Machotas son dos serranas gemelas, bajitas y con mucha suerte. Las Machotas, en condiciones normales, no atraerían más que a algún pastorcillo fogoso, inflamado por el repentino hallazgo de dos montañas a modo de tetas, que eso es lo que son las Machotas. A las Machotas, empero, no paran de salirles pretendientes entre los paseantes de la Corte. Los clásicos se arriman a sus faldas de oriente, pues en ellas se asientan la silla de Felipe II y el robledal de la Herrería; los impetuosos quieren conquistarlas yendo al grano, primero a la cima de la Chica (1.404 metros) y luego a la, cima de la Alta (de 1.461 metros); los románticos prefieren rondaras por el mediodía, sabedores de que a sus pies yacen los desamparados restos de una calzada romana; y los que ya lo han intentado casi todo...Los que ya lo han intentado casi todo se contentan con irles arrancando pequeñas confidencias, secretos que las Machotas niegan a los turistas de El Escorial, a los coleccionistas de cumbres y a los nostálgicos, y que sólo bisbisean a quienes se les acercan por detrás, por el lado de poniente. En esa cara oculta de las Machotas, a 1.104 metros de altura, y casi como aferrándose a su escote, está Zarzalejo.

No es un secreto, desde luego, que Zarzalejo es lugar abundoso en zarzas y -llegado el tiempo- ricas moras, porque lo lleva escrito en el nombre. Como tampoco lo es que tiene granito para dar y tomar - ¡todo el de las Machotas!-. ahí están las canteras, los chalés, la iglesia de piedra berroqueña (siglo XV) y, por si acaso alguien se marchaba sin haberse enterado, el monumento al cantero que se alza a la salida del pueblo. Muy cerca de este último, empero, nace el camino que conduce hasta uno de los secretos mejor guardados de las Machotas: el venerable castaño del Cotanillo.

En efecto: nada más dejar atrás la última casa de Zarzalejo, justo en el kilómetro 8 de la carretera que sube al puerto de la Cruz Verde, surge a mano derecha una empinada calle que el excursionista habrá de remontar hasta dar con el depósito de agua del Canal de Isabel II, para luego seguir por la linde de un pinar que le llevará, a media hora escasa del inicio, junto al castaño más antiguo de Madrid. Tres siglos se le han calculado a este coloso que campea a media ladera de la Machota Alta: 23 metros es su alteza, 26 tiene el vuelo de su copa y casi cinco de perímetro la base de su tronco.

De éste y de otros castaños de las Machotas -los de la fuente del Rey, los del arroyo del Carbonel...-, ya hablaba el andarín ilustrado Antonio Ponz al referirse a los ejemplares de "troncos agigantados" que proliferaban en "un alto monte llamado el Castañar, por la porción que tiene de estos árboles, cuya fruta, aunque no es muy crecida, es tan sabrosa como la haya en España de su especie" (Viaje de España, 1788). Una sabrosa observación que, lamentablemente, no habrá ocasión de comprobar hasta el equinoccio de otoño.

Otros gozos, otros tesoros, aguardan mientras tanto al caminante, que ha de volver a la carretera de la Cruz Verde y subir por ella cerca de un kilómetro para, en la primera curva pronunciada a la izquierda, tomar la pista que se adentra en un bosque de fragante pino resinero. Señales rojas y blancas -sendero de gran recorrido GR-10-le guiarán hasta una despejada loma desde la que se otea el valle de Robledo de Chavela, la serrezuela de la picuda Almenara, la verdísima llanada de la Dehesa de la Sierra y el caserío de Zarzalejo en el regazo de entrambas Machotas. Un gozo para la vista.

Poco más adelante, él excursionista pasará por encima del túnel del ferrocarril -línea Madrid-Ávila- y, virando a la izquierda, emprenderá el regreso a Zarzalejo por la cañada que bordea los pastizales de la Dehesa de la Sierra. A medio camino, un par de castaños proyectan su vieja sombra sobre un prado, lugar el más conforme para el almuerzo: acaso no tengan 300 años, como su hermano del Cotanillo, pero todo se andará. Y nosotros, que lo veamos.

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Calores y colores

Dónde. Zarzalejo se halla a 57 kilómetros de la capital y tiene su acceso más directo por Valdemorillo -primero por la M-503 y luego por la M-600-, desviándose a la izquierda poco después de pasar junto a la urbanización Las Mojadillas. Hay un tren regional a la hora desde Madrid con parada en la estación de Zarzalejo, que cae tres kilómetros más abajo del pueblo (Renfe, teléfono 328 90 20).Cuándo. Este paseo, de poco más de 10 kilómetros (tres horas, incluida la visita al castaño), es perfecto para primavera u otoño, épocas no muy calurosas y en las que se muestran los castaños en todo su esplendor cromático y -a Finales de septiembre- también fructífero.

Quién. Domingo Pliego es el autor de Excursiones a pie por laprovincia de Madrid, guía editada por Desnivel donde se describe el sendero de gran recorrido GR-10, cuyas señales nos acompañarán en la excursión. Ver páginas 247 a 250.

Y qué más. Otro notable grupo de castaños en Zarzalejo es el que se encuentra en el paraje de la Fuente del Rey, para llegar al cual habrá que salir del pueblo Por la calle del mismo nombre y recorrer medio kilómetro. Prestar particular atención al ejemplar que crece sobre unos canchos de granito, 40 metros antes de la fuente.

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