Ecos del 'Titanic'
Nuevos hallazgos, una superproducción de Hollywood y un musical celebran el mito del transatlántico en su 85º aniversario
El Titanic sigue apareciendo en el radar. Esta misma noche, 100 comensales recrearán en el restaurante Halcyon de Nueva York la última cena de a bordo. Por más de 10.000 pesetas el cubierto, estos fanáticos del transatlántico hundido, que agotaron hace tiempo las reservas, degustarán el mismo menú que aquella fatídica noche de 1912, hace hoy 85 años.No es la primera de estas recreaciones, pero esta vez la conversación se centrará, sin duda, en un nuevo documental, emitido anoche en el Discovery Channel, sobre las causas del hundimiento. Según esta revolucionaria investigación, el Titanic no se vino abajo por una gran fractura, como se creía hasta ahora, sino por seis pequeños agujeros estratégicamente abiertos por el destino en las juntas del casco.
La mayor de estas aberturas, según los científicos que hablaron anoche en el Discovery Channel, es tan sólo de un metro y medio. Considerando que la proa y la popa del Titanic estaban separadas por 270 metros de metal, madera, cristalería fina y terciopelo, se sostiene ahora que la peor de las fortunas fue a colocar esas heridas allí donde más le dolía al acero del casco.
Un acero que hoy no pasaría la más sencilla de las inspecciones de seguridad: las impurezas químicas que contenía le hicieron crujir como una galleta ante las bajas temperaturas del Atlántico. Fallecieron 1.500 de los 2.200 pasajeros, y la edad ha ido acabando poco a poco con los no menos míticos supervivientes. En conjunto, se estima ahora que el talón de Aquiles de este mastodonte marino era más pequeño en superficie total que un coche de tamaño mediano.
"Todo lo que pudo ir mal, fue mal" aquella noche de abril, dijo el arquitecto naval William H. Garzke, uno de los asesores del documental. El Titanic (que viajaba del Reino Unido a Nueva York en su viaje inaugural) fue descubierto seccionado en dos pedazos cerca de las costas de Newfoundland en 1985.
La fase central de la investigación internacional que promovió Discovery Channel y una productora francesa tuvo lugar el pasado mes de agosto, cuando se efectuó una inmersión con sonares especiales que permitieron analizar detalladamente la superficie del casco a través de la densa capa de lodo que lo cubre.
Aunque no se disputa que el Titanic chocara con un iceberg, según ese canal (que en España retransmite Canal Satélite), la teoría de que el bloque de hielo abrió una fractura de 90 metros en el casco puede descartarse del todo.
Se pueden consultar más detalles en la dirección de Internet: http://www.discovery.com/area/ science/titanic/titanicopener.html. Estos recientes hallazgos, aunque son reveladores, quizá sólo añadan más preguntas y engorden el misterio: cómo pudo una herida tan pequeña vencer a ese monumento cumbre, supuestamente invencible y perfecto, de la era industrial. Esta noche en la cita del restaurante Halcyon se renovará el compromiso emocional que mucha gente sigue sintiendo por esa velada histórica.
Se hablará también del nuevo musical de Broadway, escrito por Peter Stone y Maury Yeston, que se estrena en ese distrito teatral de Nueva York el próximo 23 de abril. Y sobre todo se hablará de la nueva película Titanic del director de Terminator y The Abyss, James Cameron.
Este cineasta descendió el pasado verano a ver personalmente el Titanic, y grabó imágenes, que de alguna forma aparecerán en su nueva superproducción, la película más cara de la historia de Hollywood y la número 18 sobre el famoso naufragio.
Se dice que Titanic, quizá el rodaje más complejo del cine, ha costado 180 millones de dólares, y viene rodeado de la mayor expectación que se recuerda. El estreno está planeado para el próximo julio, aunque los cronistas de la industria aseguran que no está terminada, y ahora es lógico pensar que los nuevos descubrimientos pueden haber afectado su guión o sus efectos especiales.
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