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Entrevista:

"Madrid es la ciudad menos madrileña de España"

Dichoso él, que además de divertirse trabajando ha convertido en rentable su afición, favorita: hacer el ganso. Aunque su banda ha pasado a mejor vida, este gaditano de 33 años ya tiene nuevo disco mientras nutre de surrealismo la sección de reportajes del programa Caiga quien caiga en Tele -5. Ha conseguido que al público le interese su forma de contar las cosas que los políticos sonrían ante su atuendo y sus procacidades. De todos, Pablo es el que más gafas y trajes ha perdido. Su apariencia real y constante de payaso le permiten no tener pelos en la lengua y encandilar a las adolescentes a pesar de su alopecia.

Pregunta. ¿Le gustaría ser Wyoming en lugar del Wyoming?

Respuesta. No. Estoy encantado con lo que hago. La labor de reportero es la que más me va. Lo supe desde que vi el proyecto de programa: es una actividad más libre y compatible con mi carrera musical.

P. Usted y sus compañeros parecen pasarlo bárbaro.

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R. Así es, la verdad es que hay muy buen, rollo. Ni celos ni competencias ni nada parecido. Cada uno tiene su personalidad y su espacio propio. El uniforme nos da un toque muy pandillero, muy de colegio mayor.

P. ¿De verdad prefirió usted viajar a Alemania con Aznar a entrevistar a Pamela Anderson?R. Naturalmente. A Pamela sólo hubiera querido verla en distancias muy cortas. O ni siquiera; no me gustan las mujeres con el pecho tan grande. Lo de Alemania resultó muy divertido, sobre todo acudir como español y que te acrediten las autoridades.

P. Felipe González, Alvarez Cascos, hasta el Rey se ha puesto sus gafas.

R. Nosotros no reventamos ruedas de prensa ni nos reímos de nadie. Damos, simplemente, otra cara de la información. Al principio molestábamos; ahora saben que salir en Caiga quien caiga les humaniza porque pueden mostrar su sentido del humor. Y eso es muy bueno para un país.

P. Los periodistas podrían acusarle de intrusismo.

R. Con toda la razón del mundo, pero, aun así, ojo. Espabilad, porque la prensa seria es un verdadero, coñazo. ¿Cómo se puede levantar el brazo en una rueda de prensa y preguntar esas cosas? El periodismo es curiosidad y ese interés se está perdiendo.

P. Usted llegó a Madrid para ser artista.

R. Y empecé con Pedro Reyes, haciendo números de humor. Éramos Pedro y Pablo. En tres años perdí el acento andaluz y me hice castizo. ¿Quieres que te hable bien de Madrid?

P. No; precisamente, a los madrileños no nos importan las críticas.

R. Eso es verdad. Madrid es la ciudad menos madrileña de España. A mí me encanta.

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