La represión policial convierte las calles de Belgrado en un campo de batalla

Grupos de jóvenes volvieron ayer a enfrentarse a pedradas con la policía en Belgrado, pocas horas después de que la capital serbia hubiera sido escenario de duras batallas callejeras en las que un centenar de manifestantes resultaron heridos. Estos incidentes, que comenzaron en la noche del domingo y que ponen fin a más de dos meses de marchas pacíficas contra el régimen de Slobodan Milosevic, llevan a un punto imprevisible la crisis en ese país. El dirigente de la oposición, Vuk Draskovic, pidió la actuación del Ejército para contener la represión. El Departamento de Estado de EE UU condenó el uso de la fuerza contra los manifestantes.