El fútbol brilla con el Betis
, Luis Fernández había apelado al sentido emocional del fútbol para encarar al Betis. Incluso sacrificó la mitad de una eliminatoria de Copa para discutir con el equipo más eficaz en los desplazamientos. Solicitó el fervor popular, la inquina con el contrario, recordó antecedentes de animadversión, en suma, utilizó todos los factores externos del fútbol quizá porque sabía de la implacable superioridad de su rival.
El Betis también lo sabía y asistió impasible a la ceremonia social. Salió, ocupó su lugar y en el minuto 4 le enseñó sus credenciales al Athletic en la primera jugada estratégica del partido. Un saque de esquina lo devolvió Roberto Ríos al punto de penalti y Alfonso remachó en la misma raya de gol. Todo el entramado pasional dispuesto por Luis Fernández había durado apenas cinco minutos. El Betis oponía fútbol frente a un Athletic tan arrebatado como errático.
El calor de la grada, apasionada ante la incendiaria llamada de su técnico, contrastó con la gélida actitud estrictamente futbolística del Athletic. El Betis midió su victoria con una rentabilidad espectacular. Su segundo acceso al área se volvió a traducir en gol.
El Athletic no existió. Fue el sparring adecuado para un equipo en vena. Por encima de la pasión brilló el fútbol y Alfonso, Alexis y Ríos fueron sus profetas.
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