El Racing gana un partido tedioso

Malos vientos corrieron ayer en El Sardinero para el argentino Carlos Aimar, el tercer entrenador del Logroñés en la presente temporada. El técnico se comía la figura viendo cómo su equipo no era capaz de remontar los dos goles de ventaja del Racing. Ningún viento es favorable, todos son adversos, ninguno es propicio, cuando se navega con el rumbo desnortado. Así le sucedió ayer al Logroñés y también al Racing en un Sardinero abierto a todos los vientos.En realidad, no era ayer un día favorable a los debutantes. El intemacional serbio Dejan Petkovic pisó por primera vez el césped del Sardinero en el minuto 58, cuando Racing y Logroñés jugaban al más puro despropósito. El fútbol había dejado de ser un juego abierto a mil combinaciones y se había convertido en un sinsentido. Poco o nada pudo hacer el jugador menospreciado por Capello.

Pero no todo está perdido cuando en el terreno de juego hay deportistas como Cedrún. El meta vasco lanzó el balón fuera para que fuera atendido un jugador racinguista lesionado. Al menos la piedad, ese noble sentimiento humano, estuvo presente ayer en el Sardinero. El único que se encontraba en paradero desconocido, durante 90 interminables y tediosos minutos, era el fútbol.