Peterhansel se corona rey de África
Las playas de Dakar festejaron ayer la quinta victoria de Stephane Peterhansel (Yamaha) en la categoría de motos de la gran carrera africana. Con este triunfo, el piloto francés de 31 años iguala el récord de su compatriota Cyril Neveu. Peter Para los amigos, le roi de l'Afrique según los periodistas franceses, el Induráin de los raids, como le llaman algunos colegas, terminó en la capital senegalesa su paseo de 15 días por el desierto.El segundo clasificado, el madrileño Oscar Gallardo (Kagiva), terminó a una hora y media del vencedor, toda una vida, aunque mantuvo ininterrumpida la presencia española en el podio sucediendo a Jordi Arcarons, segundo en las tres ediciones anteriores.
A lo largo de su avasallador dominio, Peterhansel dejó siempre rastros de superioridad. Su moto es mejor, su equipo es mejor, tiene más recursos que nadie, pero sobre todo él es el mejor piloto. Le avalan sus cinco triunfos en el Dakar (1991, 1992, 1993, 1995 y 1997), pero también tres títulos de campeón del mundo de enduro. "Verle cómo conduce es una pasada", reconoce Gallardo, autor de una carrera brillante.
La foto
La anécdota explicada por Carlos Sotelo, uno de los mejores pilotos españoles, tampoco tiene desperdicio: "En una de las etapas, yo rodaba segundo, no muy lejos de Peterhansel. De repente, veo que se para y me avisa de un obstáculo en el terreno. ¡No me podía creer tanta gentileza! Pero eso no es todo. Al cabo de un rato le veo venir en dirección a mí, o sea, contra la carrera. Entonces, da la vuelta y vuelve a tomar el camino correcto. ¡Yo pensaba que se había vuelto loco, pero no! Resultó que detrás de aquellas dunas había unos fotógrafos y, como llevaba tanta ventaja, decidió pasar otra vez para que lo retrataran".Un número uno curioso, este Peterhansel, capaz de un rasgo de generosidad, pero muy soberbio. Y si no, que se lo pregunten a sus mecánicos, que nunca le han visto poner la mano encima de la moto par a una reparación o un ajuste después de las etapas. Ayer, el vencedor no quiso abusar. Ganó la etapa su compatriota Jean Brucy (KTM).
En coches, como se presumía desde antes de empezar la carrera, el Dakar 97 conoció triunfo japonés gracias a Mitsubishi, que colocó a sus representantes en las cuatro primeras posiciones de la general final. Además, el éxito nipón fue doble, pues ganó Kenjiro Shinozulca, designado por las órdenes de equipo para dar mayor realce a la victoria en su país.
La dictadura de Mitsubishi no encontró oposición, con lo que las medidas previas tomadas por los organizadores para garantizar igualdad y emoción resultaron un fracaso. Por parte española, el mejor fue Salvador Serviá (Nissan), que se clasificó sexto. Ayer se impuso la alemana Jutta Kleinschmidt (Buggy Seat), que ya en la octava jornada se había convertido en la primera mujer que ganaba una etapa en el Dakar.
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