La amenaza de los sacadores
Esta temporada, 24 jugadores superaron los 200 kilómetros por hora con sus servicios
La bombilla roja de alarma se encendió hace unas semanas en el Masters masculino de Hannover, cuando la mayor parte de los jugadores se quejaron de la excesiva rapidez de la superficie. Básicamente, el problema que se planteó afecta desde hace muchos años a los jugadores de tierra batida: cada vez resulta más complicado jugar al tenis en pistas de moqueta cubiertas o en hierba, por la velocidad y efectividad de los servicios. La evolución de los materiales de las raquetas y la especialización de algunos jugadores ha provocado que en lugar de bolas lleguen bombas a la pista contraria tras cada servicio.Hace sólo un año, se veía como algo especial y espectacular que un jugador lograra conectar un buen servicio a 220,4 kilómetros a la hora. Pero aquella gesta que firmó el británico Greg Rusedski fue igualada el pasado mes de septiembre en el Open de Estados Unidos por el australiano Mark Philippoussis. Y lo más preocupante es que a lo largo de esta temporada 24 jugadores -entre ellos el español Jordi Burillo- han conectado servicios a más de 200 kilómetros a la hora.
Ivanísevic es el paradigma de esta situación. Este año ha establecido una cifra récord de 1.477 aces. En un día acertado con el saque es invencible en pista rápida. "Hay muchos servicios que no logro ni siquiera ver", confiesa Pete Sampras."Para mí", dice el tenista español Albert Costa, 13º del mundo, "el espectáculo del tenis ha degenerado un poco y estamos pagando las consecuencias". Y prosigue: "Antes veíamos un Borg-McEnroe en la hierba de Wimbledon o en el Masters y había jugadas, como ocurre ahora cuando un partido se disputa en tierra batida. Actualmente, en superficies rápidas no se juega, sólo se saca. A mí, que me encanta el tenis, se me hace insoportable en ocasiones. Me imagino lo que deben de pensar otras personas menos implicadas". Otro español, el mallorquín Carlos Moyá, agrega: "No hay espectáculo con tanto servicio".La Federación Internacional, de Tenis (ITF), que en su día aprobó el cambio de la madera de las raquetas por otros materiales más rígidos, estudió el año pasado algunas posibles soluciones para recuperar el espectáculo tanto en Wimbledon como en las superficies más rápidas. Las respuestas apuntaban hacia la anulación del sergundo servicio, la reducción del área de saque, o la lentificación del juego a través de un cambio en los materiales de las pistas y en las presiones de las pelotas. La ATP, que promovió el año pasado que en Roland Garros se endurecieran las pistas y se utilizaran bolas más rápidas, debe ahora tomar medidas para evitar la amenaza, de los sacadores en superficies rápidas.
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