A vueltas con la inocuidad

Aunque Grain y otras ONG, como Greenpeace, sostienen que ni Monsanto ni las autoridades sanitarias han demostrado la inocuidad de la soja transgénica para los humanos, los expertos minimizan el riesgo. "No hay que hacer demagogia ante el hecho de que un gen proceda de una bacteria", sentencia José Antonio Martínez, investigador del Departamento de Genética Molecular Vegetal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "Los genes de cualquier alimento no se contagian por vía oral, ya que se degradan en proteínas al ser ingeridos", explica..La inocuidad de otros productos transgén...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Aunque Grain y otras ONG, como Greenpeace, sostienen que ni Monsanto ni las autoridades sanitarias han demostrado la inocuidad de la soja transgénica para los humanos, los expertos minimizan el riesgo. "No hay que hacer demagogia ante el hecho de que un gen proceda de una bacteria", sentencia José Antonio Martínez, investigador del Departamento de Genética Molecular Vegetal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "Los genes de cualquier alimento no se contagian por vía oral, ya que se degradan en proteínas al ser ingeridos", explica..La inocuidad de otros productos transgénicos que llaman a la puerta de la UE es, sin embargo, más discutida. Es el caso del maíz desarrollado por la empresa Novartis para, entre otros fines, hacer resistente la planta a la plaga de los barrenadores del maíz. Su comercialización está paralizada por la CE ante la sospecha de que uno de los genes insertados pueda transferirse a las bacterias, haciéndolas resistentes a la ampicilina, un antibiótico de uso clínico en humanos y ganado. Precisamente, uno de los problemas que los expertos sanitarios vienen denunciando es la creciente resistencia de muchos agentes patógenos por los abusos en la administración de antibióticos.

Más información

Aún sin la posibilidad de ser reconocidos por los consumidores, los primeros frutos de la anunciada revolución biotecnólogica empiezan a llegar a España. El tiempo desvelará si, como defiende la industria, la mejora de la calidad de los alimentos, de la salud humana: y del medio ambiente se deriva de la manipulación genética o por contra habrá que acabar dando la razón a la sentencia chandlerianae: "El problema de las revoluciones es que caen en manos de gente inapropiada".

Archivado En