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FÚTBOL INTERNACIONAL

Los motivos de Futre

Paulo Futre fue el futbolista que en solitario abrió hace unos años brecha para la actual avalancha portuguesa. El jugador que marcó una época en el Atlético se retiró definitivamente la semana pasada. Así describe el momento en que, tomó la decisión sin vuelta atrás:"Paulo, por favor, déjalo". La voz de Isabel, la mujer de Futre, sonó dulce y energica a la vez. "Quiero que puedas jugar con los niños, que puedas conducir, que te puedas divertir con los amigos. No quiero verte cojo". La rodilla le volvía a doler, los médicos le habían insinuado horas antes la necesidad de pasar de nuevo por el quirófano, esta vez con riesgos considerables de dejar secuelas crónicas, y el jugador sentía que ya no podía más. No quería rendirse, pero después de tres años insoportables de dolor fisico y psíquico, de continua lucha por reencontrarse con el futbolista que había sido, notaba que le empezaban a fallar las fuerzas. Se rehizo: "Sólo tengo 30 años. Lo superaré. Tengo que luchar". Se acomodó en un sillón y, ya más tranquilo, se puso a ver el vídeo de su final con el Oporto en la Copa de Europa de 1987. Y entonces se acordó de una vieja promesa: "Dije que no me arrastraría. Soy un amante de mi fútbol. No podría verme en vídeo y no reconocerme". Paró la cinta, se levantó y pronunció decidido: "Basta, lo dejo". No era el final soñado, pero Futre estaba feliz. De pronto su cabeza lo había positivizado todo, hasta los malos recuerdos. Incluso el de Pedroni, el defensa del Cremonese que destrozó su carrera el 21 de noviembre de. 1993.

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Cosecha lusa

Ya entonces pensó en la retirada, como tantas otras veces en unos años, los tres últimos, llenos de operaciones e intentos baldíos por remontar el vuelo: "Era una nulidad, sólo había saboreado la gloria, no estaba preparado para sufrir. Sufrí muchísimo, pero apreté los dientes y lo intenté todo hasta que hace unos días entendí que ya nunca sería el mismo de antes".

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