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Si nieva, no llame a Tráfico

La DGT recomienda conectar la radio ante la saturación de líneas y busca nuevas vías de comunicación

En días de nieve como éstos -51 puertos de montaña afectados ayer por la nieve-, el teléfono de Tráfico (900 123 505) se colapsa. Cualquiera que inicia un itinerario llama a ese número para asegurarse de que está libre de obstáculos. La escolta de Jordi Pujol preguntó en el puente de Todos los Santos si tenía libres los accesos del Pirineo para regresar a Barcelona. El pasado fin de semana, el vicepresidente de las Cortes quería saber si era posible transitar por Almansa, Albacete. Hace un año, la irrupción de la nieve en la mitad norte peninsular causó perplejidad después de cinco años de sequía. Las llamadas al teléfono de la Dirección General de Tráfico (DGT) superaron la barrera de lo previsible. El 15 de diciembre recibió 356.907 llamadas telefónicas entre las diez y las doce de la mañana. Un teléfono diseñado para atender consultas sobre trámites administrativos y el estado de los itinerarios principales del país no estaba preparado para tamaña avalancha de requerimientos. Cuánto más si desde las cadenas de radio más importantes no cesaban de dar su numeración insistentemente. Tanto lo dieron que las líneas telefónicas se desplomaron. Más de 350.000 llamadas en un corto espacio de tiempo dejaron fuera de combate todos los teléfonos 900 de Madrid. Telefónica se asustó. Pidió árnica a Tráfico. Las cincuenta personas que desde Madrid y Barcelona atienden diariamente este servicio no daban abasto.Tras esta experiencia de asedio telefónico, la DGT ha decidido explorar otras vías de comunicación con los usuarios. En enero próximo abrirá su banco de datos a los usuarios de Internet. Entretanto, no se cansa de invitar a las emisoras de radio a que desistan de divulgar ese número durante las nevadas. Es preferible, dicen, que emitan los partes de su emisora, que sirven información concreta sobre el estado de las carreteras. Radio 5, de Radio Nacional, repica estos mensajes en los minutos 24º y 45º de cada hora en circunstancias normales. Cuando se presenta el mal tiempo, hay grandes desplazarnientos de vacaciones o en fines de semana, aumenta la cadencia de estas conexiones, disponibles de forma gratuita para cualquier cadena nacional.

Tanto la emisora de la DGT como quienes atienden al teléfono 900 se sitúan en posición de alerta en estas circunstancias. Manuel Albadalejo es un veterano frente a las consolas del centro de control de la DGT. Su experiencia en la atención a este teléfono desde su creación, en 1988, le ha marcado. Ya sabe qué llamadas van en serio y cuáles de guasa. Nunca olvidará las dos llamadas que recibió el pasado 7 de agosto por la tarde, nada más iniciar su jornada laboral de 12 horas ininterrumpidas. La primera advertía de una fuerte tormenta en la zona de Biescas. se cortó. No se percibió el alcance de aquella petición de auxilio. A los pocos minutos, desde un teléfono móvil, una persona identificada como José Vicente, de Valencia, repitió el SOS. Se encontraba dentro de una caravana apostada en el cámping de Biescas junto a su esposa y un bebé de 11 meses. Lloraba.

"Llueve muchísimo. El agua se lleva las caravanas. Se muere la gente. Veo cómo se ahogan, cómo se las lleva el agua. ¿Qué hago?".Manuel Albadalejo mantuvo la respiración. Sabía que el comunicante vivía una situación angustiosa. "Salga si puede", le decía mientras desde otro teléfono avisaba a Protección Civil y a la Guardia Civil de Huesca. "Tranquilo, tranquilo. No se mueva". Tomó nota del teléfono móvil. La comunicación se cortó.Minutos después veía cómo los teletipos elevaban sucesivamente el número de las víctimas mortales arrasadas por una avalancha de agua en el cámping de Biescas, desde donde había recibido las llamadas. Albadalejo no se recuperó de la zozobra de aquella atribulada noche hasta que días después recibió una llamada de José Vicente diciéndole que su conversación le había salvado la vida.

Desde la irrupción de los móviles, el centro de atención de la DGT se ha convertido en un hervidero en días meteorológicamente adversos. En este año llevan más de un millón de llamadas. "Algunos lo han hecho desde la carretera con un accidentado muriéndose en sus brazos", dice Albadalejo.

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