"Mi palabra favorita en Madrid es 'chachi"
Santiago Carrillo Solares, gijonés, casado con Carmen, barcelonesa, se muestra orgulloso de tener con ella cuatro nietos madrileños. Es un abuelo lúcido, de extraña habilidad para trenzar conversaciones y persuadir. Conserva con 81 años ese aspecto del más listo de su clase: ojos brillantes tras las lentes; mentón laborioso; labios tensos en busca siempre de la respuesta oportuna, inteligente. Su rostro fue de los más conocidos de Madrid. También de los más buscados, no sólo por el público, sino también, dicho sea, por la fuerza pública. Eran los tiempos de la clandestinidad. Felizmente pasada aquella época, granada la democracia, ha sido un guadiana político. Ahora reaparece en la escena, no con un asunto político bajo él brazo, sino literario. Periodista profesional, acaba de presentar en el café Gijón su libro, Un jóven del 36. En él evoca una época en la que Madrid fue protagonista de revolución, lucha, contrarrevolución y resistencia. Toda una vida repleta de afanes, sueños y adversidades que quien fuera uno de los polos de la transición democrática reivindica en estas páginas para su protagonista, Sergio Landa, un muchacho de provincias que llega a Madrid y tropieza con el torbellino de tiempos henchidos de historia. Como él mismo.Pregunta. En la etapa del exilio, ¿añoraba Madrid?
Respuesta. Ya lo creo. Tenga en cuenta que me tiré fuera de aquí la friolera de 37 años. Se dice bien pronto.
P. ¿Qué anhelaba más?
R. La luz, la emoción de la luz madrileña de otoño y de primavera. Nunca la olvidé.
P. ¿Conocía Madrid?
R. Bastante bien. Tenga en cuenta que durante varios anos fui redactor municipal en El Socialista. ¡La de horas de mi adolescencia que habré pasado yo en el Salón de Cristales del Ayuntamiento!
P. ¿Qué reportaje le hubiera gustado escribir?
R. El de la defensa de Madrid contra el fascismo. Fue casi-casi como un nuevo Dos de Mayo.
P. ¿Qué palabra del argot madrileño tenía para usted más significado?
R. Chachi, lo mejor; es mi favorita. Hoy equivaldría a Guay.
P. Aceptaría ser candidato a la alcaldía.
R. No es lo mío.
P. Hay quien dice que podría ser otro Tierno.
R. Una vez le pregunté a Tierno si él se veía a si mismo resolviendo asuntos municipales. Nunca creí que llegara a ser tan buen alcalde como lo fue.
P. ¿A quién dedicaría una calle, en Madrid?.
R. Eugenio Mesón, Julián Grimau, Domingo Girón... a tantos.
P. ¿Qué problema madrileño le gustaría solucionar?
R. El de la circulación.
P. Alguien le susurra: "Santiago, el conductor está dando vueltas. Está la grúa".
R. ¿Ve Usted?
Un joven del 36. Por Santiago Carrillo. Planeta. 2.500 pesetas.
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