Un centenar de deportistas recorrieron 31 kilómetros para exigir medidas contra los accidentes

La última noticia de los aficionados a montar en bicicleta está manchada de rojo. El ciclista José Antonio Espinosa, de 26 años, murió ayer tarde en el hospital Clínico, donde fue ingresado el sábado tras sufrir un gravísimo accidente en el Critérium Deporte y Vida de Ciclismo en Fuenlabrada. Con el recuerdo de esta caída en la memoria, un pelotón formado por un centenar de corredores recorrió ayer los 31 kilómetros que separan la plaza de Castilla de Colmenar Viejo. El motivo: pedalear para conseguir un ciclismo más seguro.Emocionados, pidieron a todos los ciudadanos más sensibilidad con todos aquellos que recorren montados en bicicleta las carreteras de la región. Uno de ellos, José Angel Garrido, organizador de la concentración, aseguró: "Hay que formar tanto a los conductores de automóviles como a los ciclistas, porque hay mucha gente que compra una bicicleta y ya creen que pueden salir a la calle tranquilamente". Otro insistió: "A los ciclistas hay que educarles".

Para ello han elaborado un decálogo, que entregarán al director general de Tráfico y al responsable regional de carreteras, con el que pretenden conseguir "cierta tranquilidad al pedalear". El primer paso: iniciar una campaña para sensibilizar a los automovilistas. Lo siguiente será llevar a cabo un estudio de las carreteras más transitadas por los ciclistas.

El tercer punto habla de instalar en estas vías una señalización especial que advierta de la presencia de los ciclistas. En el siguiente apartado aconsejan limpiar a menudo los arcenes de cristales, objetos y de animales muertos. Proponen además adecuar las incorporaciones existentes en las carreteras para que el tránsito no suponga riesgo para los ciclistas. El séptimo epígrafe dice que hay que marcar unas líneas de pintura en la calzada, que darían prioridad al ciclista. Entre las peticiones hay un carril-bici que atraviese la ciudad de norte a sur. Los ciclistas aconsejan también a las autoescuelas que informen a los futuros conductores del peligro que entrañan los ciclistas. Y, por último, fomentar dentro de la educación vial el respeto al más debil, el ciclista. Todo, porque lo único que cambia, dicen, es el nombre del ciclista desaparecido y el lugar del homenaje cada vez que se reúnen. El año pasado perdieron la vida sobre el asfalto 10 ciclistas, y en 1993 y 1994 cayeron 14 víctimas más.