"Lo de mi operación, por fin es una noticia pasada"
El casino Gran Madrid, en Torrelodones, celebra sus 25 años de funcionamiento con los recitales, hoy y mañana, del cantautor granadino Carlos Cano. Este renovador de la copla, que también interpreta fados, habaneras y últimamente mira con pasión al Magreb, acaba de publicar El color de la vida, el álbum número 15 de su carrera. Pero no es una reivindicación tras su grave enfermedad coronaria, que le llevó a la ciudad de Nueva York para someterse a una delicada operación."Tenía escrito El color de la vida", señala el propio artista, "en 1994, es decir, antes de la enfermedad, incluso elegida la portada, un corazón en medio de un torbellino de colores. Era para mi anterior disco, que finalmente se llamó Forma de ser". A sus 47 años, Carlos Cano está considerado como el cantante que sacó la copla del olvido, el que la rescató al margen de las connotaciones reaccionarias que el género tenía.
Mirar al Magreb
Pero ya no es un compositor o intérprete exclusivamente de coplas. En sus últimos discos, Portugal, el Caribe o el norte de África tienen tanta cabida como en su día tuvo el cancionero popular español. "Ahora miro más al Magreb", reconoce Cano, "un mundo fascinante que ya me había conmovido antes, pero que en El color de la vida recojo con más interés".En este sentido, su último disco es una reivindicación de las inquietudes que tenía pendientes: "No sé definir mis discos, pero éste es para mí el más interesante porque me abro a curiosidades que siempre me han inquietado. Me abro a cosas nuevas al tiempo que sigo desarrollando historias que ya había iniciado". Aunque ayer mismo el cantante convalecía en cama por un leve pero molesto resfriado que no le impedirá cantar hoy y mañana en el casino de Torrelodones, reconocía que ya se ha olvidado del grave contratiempo cardiaco por el que fue intervenido en Nueva York hace poco más de un año: "Por fin, lo de mi operación es una noticia pasada".
A pesar de ello, en su nuevo disco, entre críticas al integrismo islámico, declaraciones apasionadas a su amiga María Dolores Pradera o guasa sobre la política y la vida cotidiana, el cantautor ha dedicado Habaneras de Nueva York, una canción alegre y desmitificadora, a la experiencia: "Se lo debía a esa ciudad. Es mi manera de entender la historia vivida y de agradecer a tanta gente el mucho afecto recibido".
Con su eterna ironía, y ante el recital que prepara para finales de diciembre en el teatro Monumental de Madrid, Carlos Cano bromea sobre sus dos actuaciones en el casino: "Tocar en un sitio así lo tomo como un me lo juego todo".
Carlos Cano actúa hoy y mañana en el casino Gran Madrid (autovía A6, Madrid-La Coruña, kilómetro 29, Torrelodones). A las 24.00. 5.000 pesetas.
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