Williams se queda sin el 1

El circo parecía preferir a Jacques Villeneuve que a Damon Hill. El británico es, simplemente, un piloto. Quizá por ello fue su esposa, Georgie, quien, a falta del calor de la hinchada, mostró a su marido una pizarra con el cartel de campeón del mundo. Estudiante de Economía, bebedor de leche, de carácter retraído, amante del golf y de la música de Elvis y Ottis Reding, Hill acabó ayer con la leyenda negra que le perseguía desde hace dos años cuando perdió dos títulos en las últimas carreras. Había quien apostaba por otro fracaso, sobre todo desde que anunció que abandonaba Williams, la misma escudería de su rival Villeneuve. Hill, sin embargo, no dio lugar a las especulaciones y abandona la escudería inglesa ofreciéndole el título, como en su día hicieron Nelson Piquet (1987), Nigel Mansell (1992) y Alain Prost (1993). Williams se queda otra vez sin poder lucir el número 1 en sus coches.

El británico, que el año próximo correrá con Arrows, es el 25º piloto campeón desde 1950.