Aparcado el fichaje de Olano por Banesto

La Vuelta a España comienza hoy en Valencia con la incógnita del futuro de Abraham Olano al fondo. El ciclista guipuzcoano continuará la próxima temporada en el Mapei a menos que un argumento de última hora convenza al patrón del equipo italiano, Giorgio Squinzi, de conceder la libertad al ciclista guipuzcoano para que fiche por el Banesto. Olano ya había dado el sí a la oferta del Banesto, rechazando las del Kelme, ONCE y Juan Fernández-Unipublic. Sólo faltaba la conformidad de su patrón, quien precisamente había auspiciado la posibilidad de que el campeón del mundo cambiara de equipo pese a tener dos años de contrato con Mapei.José Miguel Echávarri, que había mantenido varias conversaciones con Squinzi, en las que se negoció incluso intercambios publicitarios entre ambos equipos, acudió a Italia para refrendar el asunto, pero se encontró sorprendentemente con el no de Squinzi.

"El asunto queda aparcado", declaró un portavoz del Banesto. La principal dificultad en el trato ha sido la negativa de Squinzi a permitir que un mismo equipo contara en sus filas con las figuras de Induráin y Olano, según un portavoz del equipo italiano.

Cuando aún se desconoce si Induráin continuará en activo la próxima temporada, la negativa de Squinzi supone un duro golpe para el ciclismo español: el presunto heredero del ciclista navarro continuará su carrera en un equipo extranjero. Induráin, así, verá aumentada la presión a la. hora de tomar una decisión sobre su futuro: para él era más fácil dejar al Banesto con un líder solvente. Se frustra también uno de los sueños de Echávarri: volver a gestionar en el interior de su equipo el traspaso de poderes entre los dos mejores ciclistas españoles,' tal como hizo con Delgado e Induráin.La solución tampoco será la mejor para los intereses privados del propio Olano. Además de la pérdida económica que supone -la oferta del equipo bancario prácticamente triplicaba los actuales ingresos del ciclista-, Olano se encontrará sin el apoyo de su guardia española en el Mapei y sin la posibilidad de seguir contando con su médico de siempre, Michele Ferrari, vetado por Squinzi.

El patrón del Mapei había concedido ya la libertad a Olano, condicionada a que formara parte de un nuevo equipo que intentaban construir Juan Fernández y Unipublic. Olano llegó a firmar un contrato -redactado a mano por su mujer, Karmele- comprometiéndose con el organizador de la Vuelta por dos años a razón de 150 millones de pesetas el primer año y 175 el segundo. Olanó recibiría además el 50% de los ingresos publicitarios que generara y se comprometía a correr las carreras organizadas por Unipublic. La validez del contrato estaba supeditada a que se pusiera en marcha el equipo.Olano, consideró su firma papel mojado. Según Juan Fernández porque prefirió otras ofertas económicamente superiores; y según el ciclista porque encontraba que el equipo que se quería construir no ofrecía las suficientes garantías deportivas. Ese proyecto se encuentra actualmente en vía muerta.

Induráin lo ve difícil

En Valencia, Miguel Induráin se asomó como un recién nacido a la Vuelta. No tanto deslumbrado como perdido. "No sé dónde voy a estar: ni sé cómo estoy yo, ni cómo están mis rivales, ni sé que es esto de correr una prueba por etapas en septiembre", dijo el navarro en conferencia de prensa. "Lo veo difícil, pero intentaré estar a tope". La Vuelta comienza hoy, y las dudas no parecen asaltar sólo al casi debutante. Tony Rominger también echa balones fuera en las especulaciones sobre su capacidad, y en la pareja de la ONCE -Jalabert-Zülle- sólo se habla de falta de referencias.En su habitual estilo de sí pero no, Induráin sólo dejó clara su desmotivación y su deseo de recuperar el ánimo; tampoco aclaró las dudas ni sobre su futuro lejano -su posible retirada: "No influirá lo que haga en la Vuelta para tomar una decisión" - ni sobre el próximo -su participación en el Mundial-; también se declaró cansado - "ya he perdido la cuenta de los días que llevo de competición este año", dijo, aunque a su lado Eusebio Unzue apuntó que terminará la temporada con 105 después de una larga temporada por la que se dio un aprobado bueno pese a haber fallado en el Tour.

Induráin terminó con lo de siempre, pese a lo extraño de la situación en la que se encuentra: "Voy a ir a tope, a hacerlo lo mejor posible". Y no necesitó darle un beso a Unzue para demostrar que entre él y sus directores las relaciones son buenas, "como siempre" han sido.