El portero de oro
Chillavert se afana en ganar dinero mientras prepara su salto a la política
Es el portero de los huevos de oro. De los huevos porque hay que tenerlos como dos balones para ser un jugador de fútbol paraguayo en Argentina, resistirlo todo -insultos, discriminación, prejuicios, maltrato- convertirse en el mejor en su puesto y en una figura respetada y temida por todos los equipos rivales. De oro, porque José Luis Chilavert, a sus 31 años, desprecia todo -críticas, elogios, rivales, camisetas- todo lo que no pueda convertir en dinero, en propiedades y en metales preciosos. Ahora su nombre circula en el mercado español.Cuando habla casi siempre está en una de tres posiciones: atacando, defendiendo o provocando. Parece sobrellevar un resentimiento atávico, no se sabe muy bien contra qué o contra quiénes. La pobreza de origen, la que padeció en Luque, su pueblo natal, cercano a Asunción, la capital de Paraguay, hasta que comenzó a destacarse en el fútbol y fue traspasado del Sportivo Luqueño al Guaraní y de allí al San Lorenzo de Argentina cuando tenía sólo 20 años, le marcó a fuego con una sola versión del mundo y de las cosas. Por eso repite, con distintas palabras, la misma idea: "Todo es un negocio y lo único que importa es ganar dinero. El fútbol es un espectáculo, yo lo doy y juego para el equipo que me pague más. Con el Velez gané todos los títulos que soñé, disfrute de grandes alegrías, pero eso ya pasó. Ahora, si no me pagan lo que pido para renovar, me voy. Hay muchos hipócritas que no se animan a decir que juegan por dinero, yo sí".
La cuestión es defender el negocio, el dinero que se gana y con él asegurar el futuro. Chilavert no arriesga nunca nada. El dinero lo ha invertido en propiedades, en tierras y en metales preciosos. Tiene nueve pisos en Buenos Aires, enormes extensiones de campo en Paraguay y algunos kilos de oro. Parte del oro lo lleva siempre puesto en gruesas cadenas que le cuelgan del cuello. Todo los días usa una distinta. "Tengo nueve cadenas de oro, anillos y relojes también de oro. Los que venimos de familias pobres siempre pensamos que tener oro, propiedades y tierras es más seguro que tener dinero en el banco o invertido en empresas"
Con las tierras que posee en Paraguay, donde le consideran casi un héroe nacional, Chilavert puede aspirar para presidente, otra de sus ambiciones. "Me gustaría ser presidente. El pueblo paraguayo me respeta y me reconoce desde que me eligieron como el mejor portero del mundo, porque allá nunca hubo ídolos que alcanzaran tanta trascendencia en el exterior. Pero no pienso dedicarme a la política por ahora. Para ser político hay que saber mentir, y yo no sé mentir".
Los asuntos públicos le interesan de verdad. Cuando el Velez jugó en Costa Rica por la Copa Interamericana, Chilavert se compró tres libros para tratar de entender cómo se habían suprimido las Fuerzas Armadas en ese país. Una medida que le gustaría tomar en Paraguay. "Los militares son un grave problema en mi país, porque manejan presupuestos muy grandes y no nos benefician en nada. ¿Contra quién puede pelear Paraguay? Somos cuatro millones de habitantes y el mayor presupuesto es el de las Fuerzas Armadas. Manejan las bandas violentas y están involucrados en muchos casos de corrupción ".
Como base para una propuesta electoral, no está nada mal. Si algún día Chilavert llegara a presidente de Paraguay y suprime las Fuerzas Armadas para asignar ese presupuesto a reformas y servicios sociales, entonces sí que habría que reconocerle como "el hombre de los huevos de oro".
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