Un equipo sin el número 14

No fue un espectáculo a la americana presidido por los haces de luz, como ocurrió en el Bernabéu la noche en que el Real Madrid llamado de las estrellas salió a escena. Ni tampoco tuvo ninguna similitud con el desfile que organizó el Atlético en Las Ventas para darse a conocer. La presentación del Barça ni siquiera se llevó a cabo en el Camp Nou, pues el estadio está en obras y el césped recién plantado, por lo que no conviene ni pisarlo. El Barcelona se estrenó en el estadio olímpico de Montjuïc con una ceremonia intimista, sencilla, emotiva y folclórica, celebrada por unos 30.000 aficionados (alrededor de media entrada). Muy lejos de Hollywood y de las plazas de toros, la presentación discurrió en un estadio mágico entre sardanas.El momento culminante del acto, en el que no hubo ningún parlamento ni discurso, llegó cuando los miembros de la plantilla saltaron al estadio uno detrás de otro -acompañados de una pubilla y un hereu, parejas del esbart-, de acuerdo con el número que llevan en la zamarra: Vítor Baía fue así el primero ya que Busquets le ha cedido el 1 y se ha quedado con el 13. Stoichkov le pidió a Amor el 8, y la bondad del centrocampista es tan infinita que no puso ningún reparo. Y Ronaldo, pese a que quería el 18, el mismo que viste en la selección brasileña, se tuvo que poner el 9 por decisión de Bobby Robson. .

Queda un número desierto, el 14, curiosamente el que llevaba Jordi Cruyff. Nadie quiere llevar la camiseta del hijo de Cruyff. Jordi, al igual que el resto de futbolistas que han causado baja esta temporada, no fue invitado ayer al trofeo como ocurría en temporadas anteriores.

"La presentación es más importante para los aficionados que para nosotros", sentenció José Mourinho, segundo entrenador del Barcelona. Uno de los puntos de interés de los espectadores se centró en Ronaldinho. El ariete brasileño, que ha confesado sentirse solo en sus primeros días en Barcelona, ha sido largamente agasajado en cada acto barcelonista en el que ha participado desde que llegó el pasado sábado.

Sin embargo, el mejor aplauso de la noche se lo llevó el recuperado Stoichkov. La entrada del jugador búlgaro al terreno de juego fue como un regreso al pasado. Y el recuerdo que suscita este pasado entre los azulgrana es el de sus mejores éxitos. También Iván de la Peña fue muy aplaudido. Antes, en el XIX Congreso de Peñas del Barcelona, celebrado en el Palau Sant Jordi, Josep Lluís Núñez, presidente azulgrana, pedió unidad en torno a la gestión de su junta. Consciente de que éste ha sido un año difícil en el que ha tomado decisiones controvertidas como la destitución de Cruyff, Núñez aprovecha cualquier acto para ratificar la solvencia de su gestión.

Las referencias a Cruyff fueron constantes. "Nuestro pecado fue que veníamos de conseguir los mejores éxitos de la historia y nos costó demasiado poner fin a aquella etapa", dijo Núñez para explicar su decisión de prescindir del técnico. El presidente indicó que jugadores como Mijatovic y Suker no se habían fichado por respeto al cuerpo técnico. El equipo se ha montado con urgencia, pero con decisión", concluyó.