"¡Paren y abran la bodega!"
"Creímos que se trataba de un secuestro", declaró uno de los pasajeros del vuelo de Air Europe que aterrizaba el martes por la tarde en el aeropuerto francés de Perpiñán procedente de París. Pero no. Los encapuchados que detuvieron el aerobús en plena pista, y cuando no había completado la maniobra, no eran terroristas, sino gánsteres cometiendo un delito sin precedentes: el atraco aéreo. Primero desplegaron una pancarta en la que se leía: "Paren los motores y abran la bodega". El capitán se dirigió al pasaje, unas 172 personas: "No se inquieten. Unos caballeros se interesan por lo que transportamos y, dado que van armados, les atenderernos". Los individuos entraron, cogieron varias sacas, de 28 kilos, con 130 millones de pesetas, subieron a dos camionetas y se largaron a través de una verja metálica forzada. Todo sucedió en apenas cuatro minutos.
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