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Asegurada la cuarta medalla

España gana a Hungría y hoy luchará por el oro con Croacia

España, como mínimo, repetirá la medalla de plata de Barcelona. Será la cuarta de los Juegos y podrá convertirse al fin en oro hoy mismo contra Croacia, que venció al finalista de hace cuatro años, Italia, por 7-6. El éxito se aseguró ayer en un vibrante partido contra Hungría, en el que sólo al final la selección de Juan Jané remontó el resultado contra un rival muy difícil y nuevamente contra las decisiones de los árbitros. Gómez estuvo brillantísimo con sus cuatro goles.La defensa que funcionó como un reloj ante Estados Unidos, tuvo muchas más dificultades contra los húngaros, un equipo de enorme potencia física y ante el que no servía una defensa al hombre. Además, los magiares tienen la rara habilidad de sacar un rendimiento enorme a las faltas en los choques cuerpo a cuerpo.

Tuvo que ser nuevamente el guardameta Rollán el que encarrilara la moral española con dos preciosas paradas nada más empezar. Oca era más rápido para llevarse todos los saques iniciales, pero no se sacaba ventaja después en las siguientes posesiones de balón. Menos mal que a la segunda marcó Gómez, pero fue la única vez que España marchó por delante en el marcador hasta el final. Después empezó el calvario. Contra los húngaros y contra los árbitros, que también favorecen históricamente su potencia demasiadas veces marrullera.

El equipo español bastante hizo con empatar el primer cuarto y perdió el segundo porque también se le atragantó demasiado la defensa individual de Hungría. No encontró huecos fácilmente, ni siquiera en superioridad y además el portero Kosz hizo de Rollán. Los postes y el larguero que el día antes habían sido favorables, esta vez no. Sólo Gómez, desde la hoya (el equivalente al delantero centro) mantuvo con sus 1.94 metros el tipo y la precisión artillera. Incluso Estiarte desaprovechó en el tercer cuarto hasta dos ocasiones para empatar.

El último tiempo empezó como un reto al límite. Con un gol por detrás en el marcador (4-5) y Oca perdió el último saque. Pero de nuevo Gómez estuvo brillante y empató a falta de cinco minutos. Todo estaba abierto y se abría la esperanza. Moro se la jugó desde muy lejos y adelantó por primera vez, 6-5, al equipo desde el 1-0 inicial

Faltaban tres minutos y la plata, como mínimo, en las manos. Rollán volvió a ser providencial y desvió a corner un tiro junto al poste con España en inferioridad. En el ataque posterior, casi al borde de la angustia, forzó otra expulsión rival y Pedrerol se la jugó desde una esquina y le salió bien. El 7-5 parecía decisivo. Sin embargo aún quedaba sufrir. A falta de minuto y medio Kasas marcó el 7-6 y España no pudo marcar en su última oportunidad. Gómez, tenía que ser él, cortó en defensa el ataque postrero húngaro y todo acabó en la locura de alegría justificada.

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