Victoria dulce de España

Victoria dulce de España. Después de las últimas experiencias, nadie en el equipo quería enfrentarse con Italia en los cuartos de final. Para evitarlo era necesario derrotar a Rusia. Objetivo cumplido. Con el tercer puesto en su grupo, España jugará en los cuartos del final frente al vencedor del partido Croacia-Estados Unidos (al cierre de esta edición no se conocía el resultado).

Nuevamente el resultado fue ajustado, pero esta vez el equipo español fue capaz de invertir la tendencia de las dos últimas jornadas, que se había saldado con derrotas frente a Yugoslavia y Hungría. El seleccionador Joan Jané ya había señalado que los malos resultados anteriores no afectarían al juego de España. "El equipo está muy bien. Si jugamos a nuestro mejor nivel, el problema será de los rivales", había declarado previamente.

El equilibrio fue máximo. Españoles y rusos intercambiaron vantajas en los tres primeros cuartos. Las defensas fueron duras. España volvió a apretar en este apartado y contó otra vez Con una espléndida actuación del portero Rollán. La participación de Estiarte en el juego de ataque fue menor de, lo acostumbrado, sometido a la dura vigilancia de los defensores rusos.

El encuentro estuvo en el filo hasta el último. El equipo español tomó un gol de ventaja en el tercer cuarto, pero ninguno de los dos equipos conseguía imponerse en el último. Un gol ruso resultaba muy inconveniente para España, puesto que le colocaba en cuartos de final frente a Italia. La tensión y el temor presidió el cuarto final, resuelto en última instancia con un gol de Pedro García a falta de un minuto. Con el 8-6, España pudo tomarse el respiro que necesitaba.

Se había evitado a Italia y a nadie le importaba el siguiente rival. "En este torneo cualquiera puede ganar a cualquiera. Por lo tanto es mejor no preocuparnos", dijo Jané.