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Lágrimas en la espada

Taymí Chappé y Rosa Castillejo, derrotadas en los primeros combates

¡Cuatro años para esto!". Esta frase es la más repetida cuando un deportista fracasa en los Juegos Olímpicos. Si el yudo fue la cara el primer día, ayer llegó la cruz con la esgrima. Una de las opciones de medalla, la de Taymí Chappé, cayó con estrépito a las primeras de cambio. Exenta de la primera ronda de combates, perdió el primero contra la coreana Ko Jungsun, por 15-12. La otra española, Rosa Catillejo, quinta en el último Mundial, también fue eliminada a la primera por la danesa Eva Fjellerup, 15-13.

"Muy mal, muy mal", decía el director técnico de la federación española Joaquín Campomanes, tras la derrota de Chappé. "Es una tiradora que tiene técnica y está bien físicamente, que en ocho de los nueve torneos de esta temporada en la Copa del Mundo ha entrado en finales y en siete ha ganado medalla. Y ha venido aquí a tirar como una niña que lleva un año en la esgrima. Y Rosa, también muy mal". Su entrenador, el ex campeón mundial Manuel Pereira también estaba desolado. "Ha sido el peor día y el peor momento. Taymí estaba muy nerviosa. Los Juegos Olímpicos imponen una presión mucho mayor que en otras competiciones".

Rosa, nada más terminar el combate de Taymí, lloraba en la grada junto a Fernando Peña, que se lesionó el día anterior un tobillo y será sustituido por Raúl Maroto en el equipo masculino de espada. A la esgrima española, que ha ganado títulos mundiales y europeos, y que está a un gran nivel internacional, parece seguirle mirando el. tuerto olímpico.

Rosa lloraba por ella, pero sobre todo por Taymí, su gran e inseparable amiga. Mujer ya de pocas palabras no podía ni ha-blar. Taymí empezó el combate marcando tocados a la vez que la coreana, pero tuvo el minuto desastroso que a veces se produce en esgrima y Ko se colocó con un 8-4 peligrosísimo de ventaja. Remontar cuatro tocados suele ser una tarea de titanes, pero la calidad de Taymí lo hizo posible.

Sin embargo, una vez hecho lo más dificil volvió. a cometer el peor error. En lugar. de no acelerarse arriesgó inútilmente y la coreana, mucho más baja, pero rápida, le hizo tres tocados colándosele por debajo como una pequeña flecha. En el arma de espada los tocados valen en todo el cuerpo. "No está perdido, no está perdido, Taymí", le gritaba unas sillas más atrás Rolando Tucker animándola junto a Elvis Gregory, dos de los grandes campeones cubanos de florete. En el fondo, aunque Taymí se fuera de Cuba y tire por España, las raíces no se olvidan. La coreana Ko se cargó ayer a Cuba entera, pues en su primer combate eliminó a la caribeña Tamara Esteri.

Taymí ni siquiera esperó a lo que en esgrima se conoce como el sorteo, una especie de gol de oro. Cuando se acaba el tiempo con erripate, la prórroga obliga a la tiradora no favorecida en el sorteo a arriesgar más porque si la igualada persiste, perderá el Combate. Pero Taymí no supo te ner la cabeza fría. Aunque no le hubiera sido favorable, su calidad lo hubiera podido salvar. Pero su orgullo la traicionó. "Estaba tranquila", dijo en contra de lo que pensaba Pereira. "Pero si la había ganado siempre antes, no sé que me ha pasado". Las lágrimas casi asomaban en sus ojos y se le saltaron cuando recordó a su padre, Pedro Chappé, medalla de bronce en baloncesto en Múnich 72 y largos años seleccionador de su país. "Eran mis primeros Juegos y tenía una ilusión por ganar una medalla como él...". Se tapó la cara con una bufanda, pero tras enjugarse las lágrimas brotó rápidamente el orgullo cubano. "Estoy mal, ,claro, pero otra vez será".

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