"Soy un urbanita en el amplio sentido del término"
El de la Puerta del Sol fue su despacho con mejores vistas. ¿Qué más puede pedir un urbanita que compartir cada día con un millón de almas el agitado tránsito del corazón de Madrid? A esta ciudad entró Leguina por la estación del Norte, con un trabajo apalabrado y todavía sin canas. Han pasado 30 años. Muchos para quien acaba de cumplir 45, un día después de presentar oficialmente su último libro La tierra más hermosa, escrito para quienes la revolución, con mayúscula, fue la cubana, y la guerra de las guerras, la de Vietnam. Su aspecto dibuja al hombre tranquilo que, sin inmutarse, no deja de exclamar cuando conversa. Harto de oírse llamar político que escribe o novelista que ejerce la política, Joaquín Leguina sólo quisiera oír a los demás escritores una frase: "Bienvenido al club".Pregunta. ¿Alguien le ha reprochado que un santanderino haya presidido más de diez años esta Comunidad?
Respuesta. Jamás. Eso define y describe a los madrileños, acostrumbrados a que la mitad de sus vecinos no sean de aquí.
P. ¿Le hubiera gustado ser alcalde de Madrid?
R. En absoluto. Lo viví de cerca en mi etapa como concejal de Hacienda en el Ayuntamiento y nunca acabó de llenarme.
P. No le ocurrió lo mismo con la presidencia de la Comunidad.
R. Era una cosa absolutamente nueva. Se prometía un trabajo. mucho más imaginativo. Empezando por nuestro deber y empeño en descentralizar los planes. Había que actuar mucho más allá del centro de Madrid.
P. En el que vive usted actualmente.
R. Y que también me preocupa. Las ciudades han de cuidar sus centros, pero yo he vivido en muchos barrios. El primero, Pueblo Nuevo. Pagaba 4.000 pesetas de alquiler. Luego, Aluche, y, más tarde, en Tetuán.
P. ¿Terminará usted en el campo?
R. ¡Vive Dios que no! No tengo esa pretensión. Yo soy lo que se dice un urbanita en el más amplio sentido del término.
P. Pensando en las revoluciones, ¿aún se puede ser de izquierdas en este país?
R. Se debe ser de izquierdas. Este país lo necesita más que ninguna otra cosa, porque sigue siendo injusto. Duro con los de abajo y demasiado alegre con los acomodados, que son muchos menos que los incomodados.
P. ¿Hay algún sitio por el que le guste especialmente transitar en sus paseos por Madrid?
R. Me encantan las Vistillas. Ésta no es una ciudad de arquitectura espectacular. No es París o Viena. Es otra cosa. Lo que más me gusta de Madrid es, sin, duda alguna, su gente.
La tierra más hermosa. Alfaguara. 2.200 pesetas.
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