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EURO 96

Un récord que invita al chovinismo

Jacquet lleva 24 partidos invicto al frente de Francia

Ramon Besa

¿Quién es el entrenador?". El periodista no atina a distinguir al seleccionador y, preocupado, interroga a sus compañeros franceses en el campo de entrenamiento. "Aquél", responde con cierto desdén uno de ellos mientras apunta con la barbilla hacia la silueta que se proyecta sobre la portería del fondo sur. "Mucha gente de la propia Francia se preguntó quién diablos era Aimée Jacquet el mismo día que fue elegido seleccionador".Fue un buen jugador del Saint-Etienne y del Olímpico Lyon en la década de los sesenta -llegó a jugar dos partidos con la selección- y un mejor entrenador en los años ochenta cuando llevó al Burdeos a la semifinal de la Copa de Europa de 1985. El nombre de Jacquet, sin embargo, sonó de forma tan sorprendente el día en que fue nombrado seleccionador (17 de diciembre de 1993) como la derrota que un mes antes (11 de noviembre) había sufrido Francia en el propio Parque de los Príncipes ante Bulgaria. Un gol en el último minuto dejó a los franceses sin Mundial 94

La herida exigía un buen cirujano más que un doctor con el nombre inscrito en su bata, así que la federación recurrió al que había sido su director técnico desde 1992. La terapia resultó tan efectiva que desde aquella noche Francia no ha perdido ningún partido. Los datos han llevado a Jaquet a superar los registros de técnicos como Michel Hidalgo o el Michel Platini. Los franceses suman una cifra de 24 partidos sin perder y 10 victorias consecutivas. Un récord que invita al chovinismo.

A sus 54 años tiene pinta de sacerdote. Una conferencia suya suena igual que una misa. Mantiene siempre un tono de voz suave, invariable incluso cuando el ruido exterior lo hace inaudible, no sale de su boca un improperio y apoya sus palabras más serias con gestos delicados, muy puntuales, como si en sus manos desgranara un rosario.

La crítica fue implacable cuando se puso el chándal de la selección y estuvo a punto de perder la silla cuando encadenó tres empates a cero Consecutivos. Nada comparable, sin embargo, con su decisión de prescindir de Ginola y Cantona. Los dos se cayeron Práctica mente solos. El divismo de Ginola quedó manchado por aquel error que cometió contra Bulgaria en la dichosa noche del 17 de noviembre de 1993. Y después, aunque volvió a jugar al igual que Cantona, siempre anduvo de mala manera por la selección. Cantona quedó mal parado por su suspensión: El golpe de kárate que propinó al hincha del Crystal Palace le acabó dejando seco y la selección aprendió a jugar sin Cantona. ¿Y a quién quito si llevo a Eric Cantona? se preguntó Jacquet.

"El fútbol es humildad", pregona Jacquet. Toda su liturgia invita al recogimiento, a la solidaridad, al orden, incluso -a la austeridad: "Los únicos valores indispensables son el respeto y la honestidad". Otra frase suya: "A mis jugadores, les doy toda la confianza, pero no los cojo de la mano". No es extraño, por tanto, que su ideario futbolístico tenga como referente la organización: "El orden debe mandar. Si hay orden, después puede: haber imaginación, espontaneidad y técnica. La racionalidad está por encima de la emotividad: el único placer es ganar".

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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