La última muerte en el Everest provoca críticas en sectores del alpinismo

Barcelona / Viena - 22 may 1996 - 00:00CEST

La muerte de un alpinista austriaco en el Everest (8.846 metros) el pasado domingo como consecuencia de un coma provocado por el mal de altura cuando intentaba alcanzar la cima por la ruta habitual, ha motivado críticas en sectores del alpinismo por el comportamiento de muchos montañeros que intentan la ascensión al techo del mundo sin respetar sus riesgos. El alpinista murió a unos 8.300 metros de altura tras desesperados intentos de alcanzar la cumbre durante cuatro días.Jan Gangdahl, jefe de una expedición noruega que intentó su rescate, señaló que muchos alpinistas que abordan el Everest "no viven con la montaña, sino que luchan contra ella". "La muerte del austriaco no fue debida al mal tiempo o la mala suerte, sino a su insuficiente abastecimiento". Según el noruego, el austriaco intentó la ascensión sin oxígeno; pero al saber que nueve alpinistas habían muerto 10 días atrás, trató de comprar oxígeno a otros grupos y no lo consiguió.

El suizo Erhard Loretan, de 37 años, tercer alpinista que consiguió la colección de los 14 ocho mil (1995) -tras el italiano Reinhlod Messner y el polaco Jerzy Kukuczka, fallecido en 1989- en estilo alpino y sin oxígeno, es partidario de la prohibición del uso de oxígeno en las expediciones comerciales, salvo por problemas médicos.

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