La carrera del miedo

"Hay que estar atentos y evitar riesgos". Razón tenía Juan Fernández, director del Mapei, al impartir únicamente estas dos consignas a sus corredores la víspera de empezar el Giro. Esas mismas órdenes corrieron de boca en boca en los cuarteles generales de los equipos con aspiraciones a ganar la carrera rosa. El original comienzo en Grecia -"malos hoteles, malos restaurantes, recorridos peliagudos, carreteras hechas un Cristo", describe Fernández- había hecho que el miedo fuera la única virtud de los protagonistas. Pese a todas las cautelas, Olano se cayó en la segunda etapa. Afortunadamente, sin consecuencias. El guipuzcoano lo puede contar y seguir con posibilidades. Pero las alarmas siguen encendidas. El Giro sigue siendo la carrera del miedo.Ayer, día de descanso tras el traslado desde Grecia, a Juan Fernández empezaba a llegarle la camisa al cuerpo. "Nos hemos quitado de encima algo a lo que teníamos miedo. Hemos cerrado la primera fase de peligro", dice el director del Mapei. "Pero ahora llega la segunda, el recorrido por el sur de Italia, que será más de lo mismo. Hasta que no se aclare la clasificación el sábado en la subida al Monte Sirino, no habrá relativa tranquilidad. Estas son etapas en la que no podemos ganar el Giro, pero sí perderlo".

Fernández no hace catastrofismos cuando aporta sus claves del Giro, simplemente describe lo que ve y lo que sabe por experiencia -el año pasado su equipo dominó el Giro de cabo a rabo para asegurar la victoria de Rominger-. Más de uno de su equipo aún tiene pesadillas recordando los ataques constantes de Frattini el Giro 95. "Ahora, estos días, no se mueve ninguno de los que van a ganar la general", sigue Fernández. "Sólo saltan los que van a ganar etapas. Y nos hacen la puñeta, porque con lo igualadas que están las cosas no sabes quién va a ser peligroso y quién no".

Explicado el segundo generador del pavor, aún le queda un tercero al Mapei. "Aquí no te puedes fiar de nada ni de nadie. Lo mismo se organiza una coalición de dos o tres equipos italianos contra nosotros, que te atacan a la menor cuesta Ugrumov, Casagrande o Berzin".

Ante tan desolador panorama, algo tendrá a qué aferrarse Olano para ser considerado favorito. Evidentemente, no le faltan claves positivas. La primera, la experiencia italiana de Fernández, que sabe cómo ganar el Giro. Luego, la actitud del Mapei hacia el campeón del mundo. "Queremos que corra relajado, que convierta el Giro en un juego, que juegue a ganar la carrera. Bastante se presiona Olano a sí mismo para que nosotros, el patrón y yo también le carguemos de responsabilidad". Contra el miedo, relajación.

Y también asustar a los demás. Crear respeto. Casagrande dijo ayer que Olano es el gran favorito. Los otros 154 supervivientes del Giro le respetan. Como cuenta Manuel Fernández Ginés, el lugarteniente, amigo y compañero de habitación de Olano. Es la leche. Cuando yo quiero pasar a la parte de adelante del pelotón, todos me cierran, me sacan los codos y me insultan. Cuando ven el maillot arcoiris de Abraham, en cambio, le hacen un pasillo".