"Yo presumo de no conocerme"
De sumar todos los "honoris causa", "Legión de Honor", "Encomienda de Isabel la Católica", "académicos de la Academia de..." pues saldría un Rigoletto o una de tantas óperas de tenore di grazia por él elevadas a la cúspide del purismo y que, la semana última, remataron de momento su arsenal de galardones, en París, con el Premio Charles Cross, símbolo del "mayor exponente lírico"; y así consagraron su última grabación, El incomparable Alfredo Kraus, un disco como soñado con 12 arias.Pregunta. En París acaban de decirle, "es una leyenda viva": ¿qué es una leyenda viva?
Respuesta. No lo sé; las leyendas nacen cuando deben, en vida de la persona, o no.
P. Usted, canario, vive más en Madrid...
R. Es donde más vivo de paso.
P. Pues en Madrid no le han dado la medalla de la Comunidad, ni le han hecho académico de San Fernando, pero lo coronaron con el Garbanzo de Plata: ¿lo conserva?
R. Tiene un puesto de honor en la vitrina de mis recuerdos.
P. La pasión, la grandeza, la emoción de Werther: ¿la ha soñado comiendo callos?
R. Todo se relaciona; comer es cultura y a mí me gustan.
P. ¿Piensa algo singular del Real que dirige Elena Salgado?
R. La creo capaz del éxito, a pesar de que es difícil mover tantos hilos al tiempo...
P. ¿Dónde aprecia más el silencio?
R. En los sitios ruidosos, pero gozo del silencio para rejuvenecer mi arte.
P. ¿Se haría cantaor?
R. No me importaría; el jondo es tan digno como la ópera.
P. Jamás canceló un concierto...
R. Sí, sí, cancelé uno, pero nunca una función de ópera.
P. ¿Canceló citas de amor?
R. A veces no hay más remedio.
P. Empiezo a verlo como a alguien con pinta de monje y de pícaro: ¿me equivoco?
R. Presumo de no conocerme.
P. Se dice que va a oír cantar a su hija Patricia en alguna discoteca: ¿qué le mueve?
R. El amor de padre; y tiene talento y es novedosa.
P. ¿Ha enseñado a ladrar con tono a su perro Werther?
R. Es muy bonito, pero no tiene facultades canoras.
P. Y su perro Romeo, ¿de qué va por la vda con un amo que es divo?
R. Él va por su vida, pasa de todo el mundo.
P. Habla con Hoffman?
R. Sí, es un mastín muy noble y le digo cosas afectuosas. Pero tengo más perros.
P. ¿Recuerda lo último que le dijo María Callas?
R. Sí, claro: "Kraus, es una pena; ha llegado tarde en mi carrera".
P. ¿Dirigiría un orfeón formado por Plácido Domingo, Perejil, Fosforito, la Pantoja y Julio Iglesias?
R. Sí, haría componer una canción titulada La torre de Babel.
P. Poco a poco ya me digo que en usted se esconde un místico con bigote: ¿yerro?
R. Una parte mía es mística.
P. ¿Y lo del bigote?
R. Creo que me da más personalidad, pero ahora me acusa de demasiado serio.
P. ¿Cantaría una ópera en el desierto?
R. Sí, por goce personal.
P. ¿Qué música le iría a los autógrafos que ofrece?
R. Tonos de la ópera recién cantada.
P. ¿Sabe más de toros, de fútbol o de política?
R. Poco de todo, aunque la política es la que me da menos satisfacciones.
P. ¿Le gustaría ser popular como Butragueño o como Dios?
R. A alto nivel artístico es prácticamente imposible ser popular.
P. ¿Por qué son agrias las relaciones entre los tenores?
R. Y lo son también entre todos los grandes artistas.
P. ¿Le gustan los chistes?
R. Sí, y yo los cuento.
P. ¿Con qué trampea más a su dieta?
R. Mi mayor tentación son los huevos con patatas fritas.
P. ¿Se cuentan sus juergas nocturnas con los dedos de una mano?
R. Ahora con la mitad.
P. En vivo, ¿es más estirado, usted, Domingo o Carreras?
R. Ni idea; lo que sé es que a mí me halagan la sencillez.
P. Su distinción física, inmaculada, ¿quién se la inspira?
R. Eso es ser o no ser.
P. ¿Se pone pálido si alguien fuma en un restaurante?
R. Pálido no, pero de muy mal humor sí.
P. ¿Qué es un divo mundial nacido en Canarias?
R. Un artista universal.
P. ¿Nos acercamos más a su yo diciendo que es una suerte de croqueta vertical de monjes antiguos y modernos y quijotes y romanticismos, el todo rebozado con Rigoletto, Romeo, Tosca...?
R. Planto cara a esa definición.
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