Los "secundarios" suben al podio

Las expectativas estaban puestas en Alex Crivillé y en su estreno en el Campeonato del Mundo de 1996, pero se frustraron por culpa de una caída. También había miradas puestas en Emilio Alzamora, y su quinto lugar supo a poco. Los aficionados esperaban mucho del nuevo Jorge Martínez, Aspar, hasta que un jovencito italiano se cruzó en su camino y lo llevó al suelo. La atención estaba puesta incluso en el regreso de Alberto Puig a la competición. Y en los bocetos diseñados para la primera carrera del año, tanto Carlos Checa como Luis D'Antín ocuparon plaza de protagonistas secundarios. Fueron estos últimos, sin embargo, los que mejor defendieron el pabellón, los que consiguieron que se izara la bandera española sobre el podio de Shah Alam. Carlos Checa lleva las carre ras en la sangre, y no porque en su familia existan antecedentes vinculados a la velocidad. Nada más lejos de la realidad. Carrera es el apellido materno del joven piloto de Sant Fruitós de Bages (Barcelona), que ayer confirmó en Malaisia lo que había apunta do hace meses, en Montmeló, cuando fue líder hasta que se cayó. A los 23 años, en sólo seis carreras de 500, ya ha logrado subir al cajón. Llegó a la categoría reina para sustituir al lesiona do Alberto Puig y acabó quedándose.

El nuevo mago de la lámpara de Sito Pons se clasificó ayer tercero quizá gracias a las ausencias y a las caídas, pero allí estaba él, dispuesto a no perder su oportunidad. "No esperaba este resultado tan pronto", reconoció Checa. "Pero estoy contento de haberlo logrado. Ha sido la mejor carrera de mi vida".

"Mentiría si no dijera que mi objetivo final es ser campeón del mundo", continuó el joven piloto. "Pero tampoco quiero que se me exija aún más de la cuenta, como a otros que llevan varios años en 500cc. Yo acabo de empezar y me queda mucho por aprender. No quiero que las expectativas me sobrepasen, porque creo que eso sería negativo para mí".

Checa consiguió el tercer lugar en el Gran Premio de Malaisia por poco, después de que funcionaran las calculadoras. "Al llegar a la última vuelta de la carrera, en el cómputo total de las dos mangas estaba prácticamente empatado con Russell y sabía que tenía que arriesgar. Lo hice y salió bien, aunque no me di cuenta de que había sido tercero hasta que Sito me lo indicó haciéndome un gesto".

Luis D'Antín tiene casi 10 años más que Checa. El año pasado los dos vivieron juntos el viaje en 250cc como rivales y ayer acabaron compartiendo laureles y fotografías. El veterano piloto madrileño también fue tercero, de una manera igual de sorprendente. Casi nadie esperaba este resultado, que además le convirtió en el mejor de los representantes de Honda.

"Sé que puedo estar con los mejores y es donde quiero estar", explicó el hombre al que sus amigos llaman Ton¡, no Luis. Su irregularidad le había alejado siempre de las primeras planas, pero con éxitos como el de ayer pronto le tendrán en cuenta en todos los pronósticos. "Mi objetivo ahora es subir al cajón con la mayor frecuencia posible", precisó D'Antín.

La tercera nota positiva para la colonia española en Malaisia fue la reaparición de Puig. Se clasificó sexto y mostró claros síntomas de que se encuentra en el camino correcto para volver a ser el que que era antes de su accidente en Le Mans. "No estoy contento, porque soy impaciente y quiero volver a pelear por ganar", dijo el valiente piloto barcelonés. "Lo que me satisface es que poco a poco he cogido el ritmo, me he encontrado más suelto y he visto que voy progresando. Hace unas semanas ni siquiera me creía capaz de acabar la carrera".