Inglaterra, el tuerto en el torneo de los ciegos

Inglaterra se aprovechó del fallo de Francia, que perdió por 16-15 en Gales, y revalidó su título del Torneo de las Cinco Naciones gracias a su mejor diferencia de puntos con Escocia. Pero tanto su triunfo de ayer sobre Irlanda, por 28-15, como en el torneo, tienen un tono menor. El equipo inglés, en renovación, sólo ha sido un tuerto entre ciegos. Los dioses del sur, Suráfrica, Nueva Zelanda o Australia, se frotan las manos sin rivales al máximo nivel.Nadie manda en el gran rugby de Europa. Francia parecía erigirse en dominadora tras ganar el primer partido del torneo a Inglaterra, por 15-12, pero perdió 15 días después con Escocia, por 19-14. Y los escoceses, glorificados de repente, pese a estar también de renovación, cayeron a continuación en su propio campo de Murrayfield, Edimburgo, ante los ingleses, por 9-18.

Francia, la única que parecía mantener el tipo tras haber ganado a los All Blacks en su última gira europea, ha vuelto a decepcionar. Ayer no supo imponerse a un correoso, pero simple equipo galés, que sólo tuvo un detalle de la clase histórica cuando su medio melée Howley logró un ensayo made in Edwards, digno de la década dorada. Los franceses pusieron únicamente sus gotas de esencia, como el primer ensayo de Castaignede, servido por Saint-André, en el más puro estilo a la mano. Pero tras ponerse por delante en el marcador a falta de 10 minutos (13-15) en la única vez que sacó su clase Ntamack, no supieron resistir. Cedieron un golpe de castigo por fuera de juego casi entre palos y los modestos galeses evitaron la humillante cuchara de madera.

Inglaterra, por su parte, vivió otra vez muy lejos del juego que desplegaba hace pocos años. Ayer respiró sólo a base de los golpes de castigo, nada menos que seis, pasados por su apertura Grayson. La rudeza irlandesa, que le sirvió para arrollar hace dos semanas a Gales, por 30-17, incluso le permitió ir por delante en el marcador. Al final cedió, pero dio también la medida del pobre triunfo de Inglaterra. Para el morbo, tras sus relaciones con la princesa Ana y el anuncio de su retirada como capitán, Will Carling salió en camilla a la media hora al torcerse él solo un tobillo. Real como la vida misma.

Mientras tanto, España ganó por 3-24 en Rabat a Marruecos, en su primer partido del Campeonato de Europa, la Segunda División continental.