La policía desaloja a los dirigentes críticos de CC OO de la sede del sindicato
Los siete miembros de la ejecutiva de Comisiones Obreras pertenecientes al sector crítico del sindicato fueron desalojados anoche de la sede del sindicato donde se habían constituido en "sesión permanente". El encierro en la sala donde habitualmente se reúne la ejecutiva pretendía ser "un acto de tolerancia", según lo calificó Salce Elvira. Su objetivo era que la dirección les facilitara "los mínimos medios de funcionamiento en una organización democrática", como un lugar físico de reunión, en el que puedan disponer de la documentación y la infraestructura necesaria para sus tareas como dirigentes de un sector respaldado en el congreso por un tercio de los votos de los delegados.Esas demandas las expusieron en una carta dirigida al secretario general del sindicato, Antonio Gutiérrez, el pasado viernes y para que fuesen abordadas ayer en la ejecutiva. Ayer, cuando las volvieron a reiterar, Gutiérrez se levantó y dio por terminada la reunión.
El propósito de Salce Elvira, Agustín Moreno y los otros cinco dirigentes de la oposición era mantener el encierro en espera de una respuesta aceptable a sus demandas de "pluralidad y democracia en el seno de la organización". Sin embargo, hacia las 21.30 un policía se presentó en la sede del sindicato con una orden de desalojo que uno de los encerrados, en llamada telefónica a este periódico, atribuyó a una iniciativa del propio Antonio Gutiérrez.
El portavoz del sindicato, Ángel Campos, aseguró no obstante que la decisión de llamar a la policía se había producido porque medio centenar de militantes no pertenecientes a la Ejecutiva se habían sumado a los encerrados y no sólo dentro de la sala de reuniones, sino también en la puerta de la sede. Campos afirmó que los allí congregados "adoptaron una actitud provocadora, profirieron insultos y crearon tensión". La medida, en sus palabras, tuvo por objetivo "garantizar la seguridad del edificio, donde la presencia de gente extraña estaba perturbando la normalidad". Campos precisó que aunque se trataba de militantes, no eran miembros de la Ejecutiva.
El portavoz de Comisiones Obreras insistió en que el sindicato no está dispuesto "a reconocer una corriente de opinión que no se presentó como tal al último congreso". También subrayó que además de el respeto de la minoría por la mayoría, debía producirse el respeto de la mayoría por la minoría y el acatamiento por ésta de lo aprobado en el congreso confederal.
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