Horacio Fernández Inguanzo, dirigente histórico del partido comunista

Horacio Fernández Inguanzo, El Paisano, dirigente histórico del Partido Comunista de España y memoria viva de la clandestinidad, la cárcel y la lucha contra el franquismo, falleció ayer en Asturias, su tierra natal, a los 85 anos de edad. Hace un año, Horacio había sufrido una trombosis, que obligó a su hospitalización e hizo temer por su vida. Desde entonces había vivido recluido en su domicilio de Gijón, donde ayer dejó de existir.Maestro. como su padre, su abuelo, varios tíos y algunos de sus 10 hermanos, la guerra civil española le sorprendió cuando ejercía como director de la Colonia Escolar del Orfanato en la localidad leonesa de Pola de Gordón. En agosto de 1936, apenas 15 días después de la sublevación militar, ingresó en el Partido Comunista de España, en el que ha militado hasta su muerte. Fernández Inguanzo combatió en la guerra civil formando parte del Ejército republicano, en el que alcanzó el grado de teniente de Artillería. Su primera detención se produjo en octubre de 1937, poco después de la toma de Asturias por las tropas franquistas. Fue juzgado en Gijón y condenado a muerte, luego conmutada por la de 20 años de prisión. Salió en libertad al cabo de seis años, en 1943, pero para reincorporarse al servicio de los dos anhelos que han presidido su vida: la enseñanza y la lucha política.

Militante del partido comunista en la clandestinidad, fue elegido por sus compañeros responsable del comité provincial de Asturias. Sólo dos años después de salir de la cárcel, en 1945, volvió a ser detenido. Ahí empezó a labrarse una leyenda: sometido a tortura, no delató a ninguno de sus correligionarios. A comienzos de 1954 recobró la libertad y de nuevo volvió a la enseñanza, aunque ahora como profesor particular. Para sobrevivir se hizo agente comercial, lo que le permitió recorrer toda Asturias y servir de enlace entre diversos núcleos de resistencia a Franco.

Las huelgas convocadas en la primavera de 1958 en las cuencas mineras del Caudal y del Nalón suscitaron una fortísima represión y numerosas detenciones en Asturias. El Paisano abandonó Gijón de madrugada, bajo la lluvia, para echarse al monte. Vuelve a la clandestinidad y a partir de entonces desarrolla una intensa actividad en el interior, pero también en el extranjero.

En 1959, durante el VI Congreso del Partido Comunista de España, celebrado en Praga, fue elegido miembro de su comité central y cinco años más tarde se integra en el comité ejecutivo. Volverá a ser detenido en Mieres el 22 de mayo de 1969. Hasta el fin de la dictadura de Franco permanecerá en la cárcel, salvo los últimos años, en los que, a causa de su delicado estado de salud, se le permitirá permanecer bajo arresto domiciliario. Recobró la libertad en 1976.

Con el restablecimiento de las libertades, Horacio Fernández Inguanzo, con 65 años de edad, de los cuales había pasado 22 en prisión, reaparece en la vida política asturiana, pero por vez primera sin esconderse. En el Gobierno preautonómico de Asturias asumió la titularidad de la Consejería de Sanidad y fue diputado en el Congreso por Asturias y por el mismo partido en el que siempre había militado.

El cantautor asturiano Víctor Manuel honró su figura con una canción que sintetiza el recuerdo que ha dejado entre cuantos lo conocieron en la guerra y en la paz: "Hasta las piedras, si hablaran, hablarían bien de Horacio".-