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Los presos toman la palabra en 'La ventana'

Rosario G. Gómez

Los presos de Carabanchel se asoman cada lunes a La ventana (de 16.00 a 19.00) de la cadena SER. Javier Sardá modera un debate donde se habla de los permisos penitenciarios, la rehabilitación de los internos o el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Aunque es una tertulia, no se plantean encendidos debates políticos ni se desmenuzan intrincados programas electorales. Su única campaña ha tenido como objetivo convencer al jefe de cocina para que al fin incluyera en el menú carcelario huevos fritos.Los contertulios habituales trabajan en Canal Límite, veterana emisora de la cárcel de Carabanchel cuya cobertura supera a duras penas el alambrado recinto de la prisión. Julio y Guillermo son fijos en La ventana. Julio es periodista y cumple condena de 12 años. Viajó a Argentina para un reportaje y a la vuelta, según cuenta él, se encontró en Barajas con varios kilos de cocaína en su maleta. Fue condenado por tráfico de drogas. Guillermo es arquitecto. Tuvo problemas con sus empresas y vendió los bienes embargados para pagar proveedores. Fue condenado por alzamiento de bienes. En un permiso carcelario quebrantó la condena y le cayeron cuatro años. Junto a ellos comparte micrófono César, funcionario de prisiones y coordinador de Canal Límite.A micrófono abierto

Los micrófonos se abren a los escalofriantes casos de los invitados. El pasado lunes, el protagonista fue José Antonio, de 23 años, que cumple condena por robo. Desde muy joven entra y sale de las celdas con excesiva frecuencia. En el último año y medio ha visitado la cárcel ocho veces. "Yo andaba en la calle buscándome la vida. Siempre quería estar por encima de los demás. Era un poco chulo". Hasta que cayó en la droga, "la energía engañosa del siglo XX". El lunes anterior acudió a la tertulia Antonio Vargas El Purga, un joven gitano de 27 años condenado a 26 por asesinar a un miembro de otra familia gitana en el madrileño barrio de Vicálvaro.

Los hechos ocurrieron en 1993, cuando dos familias (los Vargas y los Silva) se liaron a tiro limpio en el barrio madrileño de Vicálvaro. "Fue una reyerta entre dos clanes. Aquello era una ensalada de tiros con escopetas de caza; más que Vietnam", cuenta. Ahora El Purga coordina la sección de flamenco de la emisora de la cárcel.

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