_
_
_
_

Tres minutos delirantes

Los guiñoles de 'Lo más Plus' entran en campaña electoral

Manuel Rivas

El pasado jueves, en un encuentro con los jóvenes de su partido, José María Aznar se puso naturaca y declaró que él "no vende motos averiadas". En cheli, averiada o no, vender una moto ahora viene a ser Io mismo que vender un burro en la España de siempre. O sea, ir de farol. El viernes, día 12, a las 20.57, en Las noticias del guiñol aparecía Aznar a galope de una Harley Davinson, muy favorecido con chupa de cuero tachonada de metal, dispuesto a atravesar el camino a La Moncloa como los de Easy Rider, la Ruta 66. La parodia fue casi instantánea.Todos los expertos en imagen, incluidos los suyos, están de acuerdo en que Aznar tiene poco carisma en pantalla y que es una olla sin sal. Pero el guiñol Aznar es todo un espectáculo, un tipo entrañable, ciudadano redundante, tozudo e inocentón, tan despistado que el miércoles leyó la nota de Ana Botella para las compras en el super creyendo que eran puntos del programa electoral. De seguir con estos reflejos, la campaña que se avecina va a ser en buena parte la de los guiñoles de Lo más Plus. Chirac acabó adoptando la manzana como símbolo porque así era como aparecía en Les guignols de L'Info, la popular creación de Canal Plus Francia que ha inspirado este espacio.

Más información
Un buen equipo

El gran defecto de Las noticias del guiñol es que duran la décima parte de un informativo real. Son tres minutos catárquicos, hilarantes por momentos, saben a poco, aunque el Hilario Pino que presenta a continuación las noticias (ticias) verdaderas (eras) parece mantener la misma actitud.

A diferencia de la caricatura gráfica, los guiñoles televisivos, si están conseguidos, acentúan esa sensación de que hay un espacio muy divertido entre la ficción y lo real. Y en la medida en que actúan, los personajes públicos son fantasmas de sí mismos. Las noticias del guiñol logran fijar en la pantalla su aura espectral y por eso son tan creíbles, más humanos a veces en látex que en carne y hueso.

Desde su inicio, por el programa han ido desfilando los fantasmas filtrados de personajes internacionales como Bill Clinton, Borís Yeltsin, el Papa o Woody Allen, pero la industriosa capacidad española para producir vicisitudes ha reforzado el protagonismo del cartel autóctono, con González, Aznar y Anguita como máximas estrellas. Alfonso Guerra, Narcís Serra, Xabier Arzalluz, Jordi Pujol y Javier Solana son otros de los habituales, aunque quienes han entrado últimamente por la puerta grande de este entremés catódico son las máximas figuras de nuestra posmodemidad, o sea, Carmen Sevilla y Jesús Puente.

El teniente Colombo, y no hace falta explicar por qué, se ha incorporado con naturalidad al ruedo ibérico de los guiñoles hasta el punto de oficiar, nada más conocerse la convocatoria, como maestro de ceremonias en la apertura de campaña electoral, una jocosa primicia emitida la víspera de Reyes. Los guionistas, y ése es uno de los aciertos, trabajan como reporteros de la parodia, olfateando el lado desternillante de la actualidad. Unido a la complejidad técnica de dar vida a los muñecos, es esta pesca al día la que limita la duración del programa.

La campaña de candidatos de látex abierta en Las noticias del guiñol ha arrancado a lo Sancho Panza, con mucha breviatura. Felipe, por consiguiente, es una Locución Conjuntiva llativa. Aznar, váyase usted, es una Moto de Pleonasmos con Imperativo Tachonado. Anguita es la Biblia en Verso. Y Álvarez Cascos, el verdadero eslabón perdido en la formación de los homínidos. Veremos lo que dan de sí los originales. Por de pronto, la campaña se ha puesto de lo más Plus.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_