El enemigo entra en casa
Aficionados del Getafe se rebelan contra el fichaje del que fue entrenador del Leganés, su gran rival
La encarnizada rivalidad futbolística entre Getafe (144.600 habitantes) y Leganés (178.000) estrena año con una nada desdeñable dosis adicional de morbo. La llegada al banquillo de Las Margaritas de Luis Angel Duque, de 39 años, el hombre que entrenó durante las seis temporadas pasadas al equipo pepinero, ha generado nuevas expectativas futbolísticas, pero también ha dado pie a la polémica y las suspicacias. Parte de la directiva getafense no quería, bajo ningún concepto, al enemigo en casa, y los hinchas más radicales le han mostrado su hostilidad con pintadas ofensivas en el estadio. Pero Duque no se inmuta: "A palabras necias, la trompa de Eustaquio en perfecta relajación".Duque es el tercer entrenador que se coloca al frente del Geta en lo que va de temporada. Emilio Cruz, primero, y Eduardo Chato González, después, intentaron, sin éxito, sacar al equipo de la cola de la clasificación de Segunda División. El fichaje del que fue peculiar comentarista deportivo en El Friqui, de Telemadrid, no hace sino completar una carambola que hace poco se antojaba inverosímil: Getafe y Leganés, adversarios irreconciliables, han intercambiado sus entrenadores en cuestión de seis meses. El otro Duque, Luis Sánchez, de 33 años, ha colocado contra todo pronóstico al Lega en los primeros puestos de la tabla. Es curioso lo del trueque, sí", confiesa Luis Ángel Duque. "Y conste que eso no lo empecé yo. Fue Luis Polo, el presidente del Leganés, quien fichó a Luis Sánchez Duque". A partir de ese momento, lo de ahora podía suceder. Duque por Duque y, a todo esto, parte de la hinchada getafense sublevada. "Duque, vete al circo", le han pintarrajeado en las paredes del estadio. Las sospechas apuntan hacia los comandos azules, el ala más ultra de la afición gerafense, cuyos miembros proclaman su animadversión hacia la población vecina con su pancarta de "Comandos antilocos" (en alusión al hospital psiquiátrico de Leganés).
Luis Ángel Duque, el hombre temperamental que se hizo famoso con sus berridos desde el banquillo y la celebración de los goles importantes encaramado a la valla, se dice vacunado contra estas reacciones que suscita su persona. Incluso varios destacados dirigentes del club -como el gerente, Gregorio Serrano, o el delegado, José Chacón- amagaron con dimitir si Duque desembarcaba en Getafe. De momento no han cumplido sus amenazas. "Yo no tengo que defenderme de nada", rebate. "La junta directiva decidió nombrarme a mí, y yo soy un profesional que tenía una deuda moral con algunas personas de esta ciudad".
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