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FÚTBOL DECIMOCTAVA JORNADA DE LIGA

Quique Setién reclama ser sancionado

El cántabro agredió a su compañero Tomás en el enésimo conflicto de Racing

, "Mi actitud fue absolutamente reprobable. Perdí los nervios y la cabeza y cometí un tremendo error". Quique Setién, 37 años, capitán del Racing, pidió ayer públicamente perdón con estas palabras. Su petición iba dirigida al club, compañeros "y especialmente a Tomás". Setién había agredido a su compañero Tomás en el transcurso de un entrenamiento y ambos fueron apartados del equipo. La situación ha motivado la apertura de un expediente, una formalidad que, en el caso del Racing, no ha resuelto ningún conflicto. Pero en esta ocasión hay un matiz: Quique pide ser sancionado.El Racing tiene un reciente historial a sus espaldas de expedientes sin resolver. Todos los que se abrieron quedaron sin resolución pública. Así ocurrió con el incidente de la pasada campaña en el que Billabona y Radchenko se empujaron y recriminaron en el partido Racing-Valencia. Lo mismo sucedió cuando Tomás, ahora víctima, se presentó a una concentración con el chándal que utilizaba en el Valencia, en lugar del uniformé de la firma que viste al Racing. Otro tanto aconteció cuando en San Sebastián de los Reyes, con motivo de un encuentro de Copa, Christiansen y un jugador de la cantera lanzaron una bolsa de 'agua sobre las cabezas de una pareja de ancianos. Ni siquiera, hace escasas temporadas, se adoptó decisión alguna cuando el ex yugoslavo Barbaric agarró por el cuello y amenazó gravemente en los vestuarios a un periodista santanderino.

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Setién, que juega su última campaña en el Racing, agredió en la mañana del pasado sábado a Tomás González, 33 años, madrileño, en el, último entrenamiento antes del partido de Santiago de Compostela. Tomás entró por detrás, en los minutos finales de la sesión a Quique Setién, quien se revolvió y le propinó una patada en el pecho además de varios puñetazos, sin que el ex valencianista se defendiera. Desde el sábado ambos veteranos futbolistas están apartados de la plantilla y no entrenan a pesar de la necesidad que el equipo cántabro tiene de ellos. El Consejo de Administración del Racing celebró en la noche del lunes una reunión en la que se decimó a abrir diligencias informativas sobre la agresión, nombrando instructor al letrado y secretario del consejo, Eduardo Fernández Mateo.

Quique Setién y Tomás están dispuestos a perdonar pero no a olvidar. Setién aseguró: "Aunque le dé la mano no acabará mi sentimiento de indiferencia hacia él". Tomás, que permanecía en su domicilio aquejado de una gripe, también aceptaba estrechar la mano de Quique Y Olvidar pero con la condición de que "antes se haga justicia".

Colgar las botas

Setién reconoció que su Compañero no le replicó la agresión: "Yo fui quien se abalanzó sobre él. Lo que menos necesita ahora el Racing es este problema que yo he generado. Merezco un castigo y estoy dispuesto a asumirlo". Recordó, no obstante, que las diferencias entre él y Tomás ya las había puesto en conocimiento de Miera, el entrenador, "quien no hizo nada a pesar de lo cual nadie puede decir que cuando hemos jugado juntos se hayan notado nuestras divergencias".

Las diferencias entre ambos se remontan a la pasada temporada, cuando Setién reclamó con insistencia el puesto que entonces ocupaba Tomás (hoy reconvertido a libre) en el medio campo.

Setién atraviesa ahora una grave crisis deportiva. Ha conocido la suplencia e incluso ha quedado fuera de varias convocatorias. El jugador insistió en que atraviesa, desde que no juega, una situación tan difícil que cuando se vio fuera de la convocatoria del partido contra el Valencia estuvo a punto de "tomar una determinación importante", dando a entender que barajó la opción de anticipar su retirada.

Quique Setién pidió que el consejo de administración resuelva lo antes posible el expediente incoado "para evitar que dos jugadores útiles para el Racing sigan apartados". Acabó por solicitar que se le sancione y se olvide todo. "Tengo un gran pesar porque los conflictos han de solventarse con el diálogo y no llegar a estos extremos. Desconozco si entrenador y directivos podían haber hecho hace tiempo algo más por evitarlo, pero pondré todo mi empeño para que jamás vuelva a suceder".

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