Cantarella y las nuevas generaciones
La promoción de Romiti abre expectativas en las nuevas generaciones de Corso Marconi, la calle de Turín donde se encuentran las oficinas centrales de Fiat y donde trabaja un grupo de dirigentes que rondan los 50 años y sobre los que se ha destacado ya Paolo Cantarella, designado por Giovanni Agnelli para suceder a Romiti como consejero delegado del holding. Cantarella, empleado de Fiat desde 1977 y consejero delegado de Fiat Auto desde diciembre de 1990, responde al perfil, de dirigente del grupo turinés trazado desde los tiempos históricos de Vittorio Valletta: es piamontés e ingeniero. Lo mismo ocurre con Luigi Francione turinés, ingeniero y, como Cantarella, de 51 años, que entró en Fiat en 1966 y que desde 1990 es el número dos de Fiat Auto, además de ser director central de la holding. Francione podría suceder ahora a su jefe, como número uno del automóvil.Giancarlo Boschetti, de 56 años, es turinés, pero economista. Entró en Fiat en 1964, y es desde 1990 consejero delegado de Iveco, la división de camiones de Fiat, que tiene como filial en España a Enasa Pegaso.
Todos estos dirigentes tienen en común que fueron promocionados directamente por Romiti, y han constituido el equipo del hasta ahora consejeiro delegado. La promoción de Cantarella a consejero delegado de Fiat es una buena señal para todos ellos, pero significa una derrota para los más directos colaboradores de Romiti, que habían sido hasta ahora el director general de asuntos industriales, Giorgio Garuzzo, y el de asuntos financieros, Francesco Paolo Mattioli. Mattioli, en especial, que comparte con Romiti la peculiaridad de no ser turinés y que ha trabajado como brazo derecho de éste y como número tres del grupo, precisa de más protección que su jefe, ya que es el dirigente de Fiat con más problemas judiciales. Su eventual sustitución, en el caso de que llegue a dejar su cargo, daría una buena señal de la amplitud y el significado del relevo en la dirección de Fiat.
Entretanto, el hecho de que haya sido Agnelli quien ha indicado a Cantarella como sucesor de Romiti, impidiendo de hecho que éste designe autónomamente su propio equipo, representa una fuerte señal de que el presidente saliente, y presidente honorario desde el próximo 12 de marzo, cuando cumpla 75 años, tiene la intención explícita de tener tensas las riendas del grupo. Que haya preferido a Cantarella en vez de su sobrino Giovanni Alberto, candidato a ser Giovanni Agnelli III, no prejuzga el futuro de éste. El joven Agnelli ya había declarado que no te nía intención de dejar la presidencia de Piaggio.
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