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SENTENCIA HISTÓRICA DEL TRIBUNAL DE LUXEMBURGO

El 'Euroalbacete' es posible

Un club puede acudir a los tribunales si se le impide una 'alineación comunitaria'

Luis Gómez

, La presión que ha ejercido el mundo del fútbol ha sido tremenda. Alcanzó, incluso, a ministros de algunos países europeos, que trataron de poner algún tipo de cortapisa a lo que se avecinaba con la sentencia. La campaña de prensa no ha estado exenta de demagogia: puede ser la destrucción del fútbol modesto, el fin de las selecciones nacionales... Los dirigentes del fútbol dibujan un escenario dantesco, en el que los grandes clubes se coman de una tacada a los pequeños. Ocultan que, la sentencia, deroga ciertos hábitos (y algunos privilegios) de organismos que escapan al control de la legislación ordinaria, casos de la FIFA y la UEFA.Las repercusiones de la sentencia son inmediatas. Cualquier club podría intentar alinear a sus jugadores comunitarios sin excepción y, de serle impedido, acudir a los tribunales. Nadie lo hará en un primer momento, pero las normativas deberán adaptarse al nuevo orden. Los dirigentes deportivos intentarán ahora que sindicatos y clubes alcancen un acuerdo a gran escala para mantener el estatus, pero ese acuerdo va a ser muy difícil porque cualquier jugador o cualquier club podrá acudir, por su cuenta y riesgo, a un juzgado.

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La sentencia del caso Bosman parte de un principio: el club es empresa y el deportista es un trabajador. Por tanto, es exigible al deporte profesional que respete la legislación comunitaria en materia de libre competencia y libre circulación de trabajadores. Sus repercusiones son bastante amplias:

El caso del fútbol. La sentencia declara la libre circulación de los futbolistas comunitarios. Tiene aplicación en todas las Ligas nacionales de los países de la UE, pero no en las internacionales. Inicialmente, si se acude a un caso práctico, puede favorecer más a un modesto que a un grande. El Albacete puede reforzarse sin límites con jugadores comunitarios, lo que le servirá para cumplir su principal objetivo: no bajar a Segunda. Sería una especie de Euroalbacete: no le preocupa lo que pase en Europa, porque sólo compite en España. Pero el Madrid, por poner otro ejemplo, puede no tener tanto interés en fichar mayoría de comunitarios porque sólo podría usar a tres en las competiciones continentales. Hay que tener en cuenta que un jugador medio belga es mucho más barato que un jugador medio español.

Las selecciones. El derecho comunitario respeta la formación de selecciones nacionales y no considera, de momento, a las federaciones como empresas. Eso quiere decir que estima que la composición de una selección es una cuestión estrictamente deportiva.

¿Y las canteras? He aquí una de las repercusiones más interesantes. Las canteras se pueden europeizar. Un gran club puede llenar de jugadores comunitarios su equipo filial y hasta sus cuadros juveniles. Es decir, el Madrid o el Barcelona pueden ampliar el campo de actuación de sus canteras a lo que sus ojeadores vean que puede ser interesante en cualquier otro país comunitario. Ahora mismo, existe una limitación total en el uso de extranjeros de la Segunda B para abajo y en categoría juvenil. La duda afecta a lo que son las competiciones juveniles, donde se puede interpretar que no existe una relación empresa-trabajador y, por tanto, haber restricciones.

El caso del baloncesto. Es equivalente al fútbol. La Liga ACB impone una limitación de tres extranjeros por equipo. Actualmente no hay jugadores comunitarios en esta competición, pero, de haberlos, no podrían ocupar plaza de extranjero. El baloncesto vivió hace tres años el caso Mike Smith. Pertenecía al Joventut (ahora juega en el Real Madrid) y se nacionalizó español por matrimonio. La federación le negaba la licencia como español porque era un jugador, por entonces, no seleccionable. Smith y el Joventut acudieron a los tribunales y obtuvieron una sentencia favorable: Smith terminó la temporada como español.

El Balonmano. Impone tres extranjeros por equipo. Hay dos comunitarios en las plantillas nacionales, el portero sueco Svenson (Barcelona) y el danés Jensen (Teucro).

El ciclismo. Casi nula repercusión. La ONCE podía haber alineado nueve extranjeros en el pasado Tour si así lo hubiera querido su director.

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