La imparable ascensión de Raúl
Raúl quemó en Zúrich una nueva etapa en su imparable ascensión hacia el liderazgo del Real Madrid, o eso parece. Apenas un afilo después de su debú, sólo hay un matiz en las discusiones sobre el joven de lantero madridista: es un gran jugador o ya camino del estrellato. Mientras se decide la condición final de Raúl, que dependerá de su capacidad para superar algunas carencias que todavía se advierten en su juego, hay otros aspectos incuestionables. Esta temporada ha progresado desde la complementariedad hasta el carácter angular que tiene ahora en el equipo. Uno a uno, los datos confirman su progresión y ofrecen una perspectiva del luminoso futuro de Raúl.Jugador indispensable. Esta temporada será aniquiladora, anunció Valdano. A los problemas de un calendario extraordinariamente tenso, el Madrid añadió muy pronto los problemas derivados de los malos resultados. El resultado ha sido una amplia rotación de jugadores. Hasta el momento, Valdano ha utilizado 22 futbolistas. Sin embargo, Raúl permanece inamovible en estos momentos de dificultad. Ha sido titular en todos los partidos y sólo ha dejado de disputar los últimos siete minutos del partido con el Albacete. En total, 1.883 minutos. Sólo Buyo, que aprovecha carácter como especialista la portería, le supera: 1.990.
Goleador. Cualesquiera que sean sus habilidades, la primera de todas es su poder ante el gol. Raúl es el máximo realizador del Madrid, con siete goles en la Liga. En la Copa de Europa ha marcado cinco, una cifra sólo superada por Litmanen, del Ajax. Con la selección sub 21 consiguió recientemente tres goles frente a Macedonia. El partido era decisivo para la clasificación de España para los Juegos de Atlanta.
Versatilidad. Raúl es delantero, pero sus cualidades como futbolista son numerosas. Una de ellas es la versatilidad. Frente al Grasshopper, realizó el imposible: hizo de Laudrup en el medio campo, de Raúl en la delantera y de líder del equipo en los momentos de máxima urgencia. Se decidió a ganar el partido y fue factor instrumentalen la victoria.
El carácter. Hay una forma de insolencia en todo lo que hace Raúl. En los tres últimos partidos de Liga (Atlético, Gijón y Sevilla) y ante el, Grasshopper, Raúl se saltó el escalafón y tomó sin rubor el mando de las operaciones. A eso se llama carácter, una cualidad que no se forja. Se nace con ella.
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