Somosierra 'bebe' agua turbia desde el incendio de julio

El incendio que asoló a finales de julio casi 1.000 hectáreas del término municipal de Somosierra (104 habitantes) está apagado, pero aún colea en las tuberías de esta pequeña localidad serrana. Los grifos de las viviendas del municipio vierten desde entonces un agua que sabe muy mal", dice el alcalde, Teodoro Gil, del PSOE.Y es que Somosierra se abasteció del agua de unos arroyos que, desde el incendio, arrastran gran cantidad de cenizas y material orgánico.

"Tenemos que subir a la montaña con cántaros para recoger el agua de más arriba del incendio o ir a comprarla a otros pueblos", asevera. Gil continúa: "Los depósitos municipales donde vierten los arroyos tienen un palmo, de fango y cenizas, y ningún organismo oficial nos ayuda a limpiarlos", asegura Teodoro Gil.

"Este Ayuntamiento carece de medios económicos para hacerlo", añade. "Muchas promesas cuando el incendio y aquí estamos todavía con agua que huele mal", dice.

Recuperar manantiales

El 3 de agostó, la viceconsejera de presidencia, Carmen Álvarez-Arenas, prometió a los alcaldes de la zona afectada -además de Somosierra, Robregordo (93 habitantes), Horcajo (117 habitantes), Horcajuelo (83 habitantes) y Montejo de la Sierra (268 habitantes)- 365 millones en ayudas por parte de la Comunidad de Madrid.Álvarez-Arenas se comprometió a trasladar a la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Regional las peticiones de los regidores: entre ellas, la recuperación de las fuentes y manantiales afectados por el fuego.

El director de la Agencia de Medio Ambiente, Ignacio Claver, comentó ayer que los cauces de los arroyos ya están limpios, pero que el arreglo de los depósitos del agua de Somosierra no es competencia de su departamento. "Que yo sepa, las cañerías de los pueblos no tenemos que arreglarlas nosotros", dice.