El Espanyol arruina el aniversano sevillista

"90 años de gloria". "La leyenda continúa". Las dos pancartas que presidían los fondos del Sánchez Pizjuán en el 90 aniversario del club fueron premonitorias. La primera porque sólo la historia mantiene vivo a este club en las últimas fechas. La segunda, porque la historia que comenzó el primero de agosto sigue pesando como una losa aún dos meses después. El Español, gobernado por un jugador de la escuela sevillista, Francisco, al que no se le valoró su oficio, hizo valer su condición de equipo revelación en la Liga y destrozó el ya de por sí roto equipo sevillista. Además, el equipo de Camacho hizo también historia: la primera victoria tras 30 años de visita al Sánchez Pizjuán.El Sevilla fue un muñeco roto en manos de su rival. Ni la conjura de los jóvenes valores de la cantera sevillista fue suficiente. El equipo falló de nuevo por su columna vertebral. La línea de creación no existe y ayer, además, le tocó el día negro a Unzué. El guardameta navarro, tan alabado como denostado desde que llegó a Sevilla, fue responsable directo en los tres primeros goles españolistas, que pusieron el encuentro imposible. Los tres errores de bulto del guardameta pueden haberle puesto, fecha a la sentencia de despido que el técnico portugués tiene redactada desde hace semanas. Oliveira la rubricó con un cambio protestado por la grada que le cantó "Toni vete ya". Quitó al único que dió esperanzas a la triste noche, Carlos, que dejo su lugar a Tevenet. Y es que ayer Toni Oliveira hizo una apuesta tan arriesgada como jugar a la ruleta rusa con un revólver cargado de balas. El debú de Arturo no tuvo el acierto de su compañero de quinta Carlos. Y los veteranos no estuvieron por la labor. Suker, ausente. Paz, lesionado a los 10 minutos. Moya sigue depresivo. Y Moacir y Peixe siguen si encontrar el rumbo. Para colmo, Martagón dejó a su equipo con 10 en el minuto 57.

El Espanyol, con Lardín lanzado por Francisco, hizo mella tras mella en el costado izquierdo sevillista, y fraguó la victoria. El extremo españolista participó en los dos goles que decantaron el partido en la primera mitad, y provocó el penalti que dio la sentencia.