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LOS REYES CATÓDICOS

El 'prêt-à-porter' informativo

El mayor mérito de Lorenzo Milá consiste en que ha abandonado la alta costura de las noticias para dar paso al prét-á-porter informativo. Quiere decirse que si a este chico le hubieras pedido un reportaje sobre La última cena para el informativo que presenta en La 2, él no hubiera entrevistado nunca a los que estaban aquella noche en la mesa, sino a los que trabajaban en la cocina. Su secreto reside en que sabe envolver la mercancía informativa con un papel distinto.Cuando nuestra televisión era una, grande y con rombos, los telediarios estaban conducidos por tipos que parecían oráculos pronunciando el sermón de las siete palabras y chicas que semejaban la Mona Lisa leyendo. los teletipos. En aquella España en blanco y negro los pupitres de los presentadores tenían algo de altares y los platós eran las catedrales de la noticia. En realidad, uno los presenciaba con el mismo espíritu de recogimiento con. que iba a misa. Luego vinieron Iñaki Gabilondo, Lalo Azcona y compañía, y siguiendo el consejo de Suárez, elevaron a nivel de pantalla lo que a nivel de calle era noticia, o sea, que dieron paso a la modernidad y nos rescataron de la Edad Media informativa. Fue el principio de la segunda ola informativa. Desde entonces, sin embargo, y con la sola excepción de los noticiarios-Armani que diseñó para Canal + José María Izquierdo y los informativos de opinión que introdujo en Tele 5 ese Sandokán con grelos que es mi amigo Luis Mariñas, nuestras cadenas no habían avanzado ningún, eslabón de importancia en la cadena informativa. Lo que no se entiende es que hubiéramos pasado de la prosa de manguitos al nuevo periodismo, de las voces campanudas de la AM a las desenfadadas de la FM, de lo in a lo wired, de la aldea global a Telépolis, y que nuestras especies informativas de la televisión no hubieran evolucionado. Es verdad que la liturgia catódica.de los informativos ha perdido solemnidad y que ya no triunfan aquellos presentadores de cuello duro que funcionaban como oráculos, pero así y todo, seguimos arrastrando algunos tics del despotismo televisado que imperaba en nuestro paleolítico audiovisual, es decir, en los jurásicos tiempos del Nodo. Así las cosas, Milá ha tenido el acierto de subirse a la tabla de la tercera ola informativa, y por eso ha sido el primero en apuntarle al muñeco. Aunque lo suyo, ya digo,- no es la caza mayor de las noticias, sino, el tiro al plato informativo. En realidad, la falta de corbata es lo que mejor simboliza su acierto. Del mismo modo que los hombres en nuestro paso de monos a seres humanos perdimos el rabo, así también Lorenzo Milá ha perdido la corbata. Lo suyo son las noticias con polo, el sincorbatismo informativo.

Con su aspecto a medio camino entre cachorro de Pedralbes y chico jasp, que parece que se hubiera escapado el tío de un capítulo de Melrose Place, Milá ha acuñado un noticiario relajado y tranquilo, cuyo mayor activo (y atractivo) es la forma desenfadada y efeeme con que presenta las noticias. El formato no es nuevo, pues en realidad se trata de un híbrido entre el que en su día inauguraron Joaquín Arozamena y Victoria Prego en la franja nocturna (y más tarde, en los fines de semana, Carandell y Mellizo, y ahora Fernando Delgado) y el que en Norteamérica han puesto de moda los chicos de City TV, o sea que Lorenzo no es el padre del invento, pero tiene el mérito incuestionable de haberlo pasado a limpio. También Tarzán viene del Mowgli, de Kipling, y sin embargo fue Burroughs quien puso de moda -el hombre del taparrabos. Aunque bien pensado a lo mejor Milá ha inventado estos informativos con polo que están más cerca de la lírica que de la épica porque no sabía hacerse el nudo de la corbata. En cualquier caso, adiós al despotismo televisado. Ojo con este chico. Milá es un género en sí mismo.

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