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El padre de Matheus

Bebeto, que ya había Iogrado siete tantos en Brasil, dice que sus hijos le hacen marcar goles

Xosé Hermida

Si el pequeño Matheus Gama de Oliveira no sale un fenómeno del fútbol, será porque el destino se ha equivocado. El nombre de pila del hijo de Bebeto es un homenaje al centrocampista alemán Lothar Mathaeus. Cuando nació, en julio de 1995, su padre, marcó un gol en el Campeonato del Mundo de Estados Unidos y todo el planeta pudo ver cómo lo celebraba junto a Romario y Mazinho acunando ante el público un bebé imaginario. El domingo Matheus fue por primera vez a un estadio y Bebeto logró cinco tantos, una marca que no alcanzaba ningún futbolista en Primera División desde la temporada 1978-79, cuando la consiguieron el entonces zaragocista Pichi Alonso y el austriaco del Barcelona Hansi Krankl. Pero en rapidez va a ser dificil que alguien iguale el récord del brasileño: cuatro de los cinco goles llegaron en los siete minutos finales del encuentro.

Tras el partido, Bebeto compareció ante los periodistas rodeado de sus tres niños. El goleador recurrió al realismo mágico para explicar su formidable tarde: "Cada vez que tengo un hijo, me ocurre algo importante. Con los dos primeros, Stephanie y Roberto Newton, fui campeón brasileño; con Matheus gané un Mundial y ahora marco cinco goles la primera vez que viene al fútbol. Voy a tener que hacer más hijos, aunque Denisse [su esposa] dice que hay que parar porque ya son suficientes".

La marca personal de Bebeto es de siete goles en un partido cuando jugaba en Brasil con el Flamengo al lado de su gran ídolo Zico. Sin embargo, le concede más mérito a sus cinco tantos al Albacete porque "ésta es la Liga más difícil del mundo". El brasileño, que ya se había convertido hace tiempo en el mayor goleador de la historia del Deportivo, ha superado también otro récord del club coruñés, que tenían desde los años 50 el argentino Rafael Franco y el gallego Pahiño, con cuatro dianas cada uno en partidos de Primera División. Bebeto ya pudo haber batido esa marca el pasado jueves, en el encuentro de la Recopa contra el Apoel Nicosia. Marcó tres goles en la primera parte, pero el entrenador, John Toshack, decidió sustituirle en el intermedio para darle descanso. El equipo gallego ganó al final 8-0.

Una semana gloriosa

En realidad, el partido contra el Albacete culminó una semana gloriosa del brasileño, que siete días antes salvó en el último minuto al Deportivo de una derrota segura en Teríerife al transformar un lanzamiento de falta. Desde hace tiempo, Bebeto venía anunciando algo grande. Tras dos temporadas metido en un constante ajetreo de viajes a Brasil y atrapado por las dudas sobre su continuidad en La Coruña, el futbolista nacido hace 31 años en Salvador de Bahía ha recuperado el instinto y la concentración que le proporcionaron el pichichi de la Liga 1992-93, con 29 goles conseguidos ante todos los equipos del campeonato, excepto el Valencia. Bebeto había vivido los últimos meses en un sobresalto continuo y estaba ya decidido, como tantos jugadores de su país, a apuntarse al exilio dorado de Japón. Pero en mayo, el club le hizo una oferta que cambió radicalmente sus planes. Ahora, con unos ingresos superiores a los 300 millones de pesetas al año, es uno de los futbolistas mejor pagados de España. Además, por primera vez en tres años, Bebeto ha podido disfrutar este verano de un mes de vacaciones, cuyos benéficos efectos ya se pudieron ver en la pretemporada.Lo más curioso es que el domingo estuvo a punto de irse otra vez a la caseta en el descanso. Después de abrir el marcador en el minuto 2, falló una ocasión clarísima y Toshack le vio decaído. Como el otro delantero, el ruso Radchenko, estaba haciendo un buen partido, el galés, según confesó a los periodistas, pensó en reemplazar a Bebeto, Se echó atrás justo a tiempo. Nada más abandonar el estadio, con Matheus en brazos, el brasileño descolgó el teléfono para llamar a Río de Janeiro y decirle a su abuela, de 90 años, que había marcado cinco goles en un solo partido con el Deportivo.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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