Pequeña sociedad.
Fabiano y Ohen. Las pequeñas sociedades hacen grandes equipos, decía Menotti. El Compostela puso en juego una pequeña sociedad imponente, la que formaron Ohen, y Fabiano. Siempre cerca, siempre pendientes uno del otro. Uno frente a Donato, el otro a la espalda de éste. Le rodearon, le confundieron y le sacaron del partido. Eso por un lado. Por otro, explotaron los vacíos con un acierto difícil de explicar. Dos futbolistas unidos por un cordón invisible, un caso real de telepatía. Imponente Ohen, con aires de delantero centro grande. Y Fabiano, inmejorable en. la lucha y en la llegada.Fernando Vázquez. He aquí un hombre nuevo en nuestro fútbol en el que habrá que confiar. En la línea de la última ola de entrenadores pero sin el punto de esnobismo que caracteriza a muchos de ellos. En el equipo se vio su mano. Una mano que se cierra en tomo al balón cuando lo tiene el rival y se abre cuando lo tiene el equipo propio. Buen aprovechamiento de todas las zonas.
Centro del campo. Donato se vio solo y achicharrado, con Ohen a su espalda y Fabiano delante. El Depor sólo mejoró cuando Donato se vio acompañado por Mauro Silva.
Suspenso en defensa. Del Depor de Arsenio se criticaba que jugaba demasiado atrás. Ayer los defensas del Deportivo demostraron serias carencias para jugar con terreno a sus espaldas, para frenar las salida rápidas y con campo por delante del Compostela. El propio Djukic faltó a la cita del cruce defensivo. Puede ser falta de hábito. O puede ser que Arsenio tuviera razón.
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