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Tribuna
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Una batalla de verdad

Ha sido un día similar al de ayer. Por lo menos en la salida y hasta más de la primera mitad de la etapa, hasta el comienzo del primer puerto, el de La Sía, aunque con la diferencia de que cuando se pasaban las metas volantes, con los acelerones hubo muchos intentos de fuga. Pero el Mapei controlaba.La aparente tranquilidad se ha roto nada más empezar La Sía. Desde el comienzo del puerto hasta la meta se ha ido bastante rápido y se ha hecho durillo. Allí, los de la ONCE han hecho la etapa bastante dura. Ha atacado Jalabert, y cuando le hemos visto irse, desde el principio nos hemos dado cuenta de la que se nos venía encima. Hemos recordado lo del Tour. Los que los conocemos, nos hemos dicho: "Hoy va a haber batalla de verdad". Una vez que se les ha cogido han atacado los demás de la ONCE -Bruyneel, Rincón, Zülle, Mauri- bastante fuerte, más de lo que se esperaba. Desde allí hasta la meta no se ha parado. El Mapei ha intentado controlar, y cuando descendíamos Alisas, el segundo puerto del día, han entrado a colaborar los de la Gewiss. Allí hemos visto que Riis y Ugrumov han venido a disputar. La verdad es que se les ve bien. Riis empezó a subir La Sía a cola de pelotón y ha pasado a la cabeza sin ningún esfuerzo. Todos los demás íbamos estirados.

Cuando hemos pillado a Jalabert ha habido escarceos y ataques hasta que se ha formado la escapada de 16. La responsabilidad atrás la llevaba el Mapei, y a falta de siete kilómetros, la ONCE, porque pensaban que había gente peligrosa y han entrado a colaborar. Habrán recibido órdenes. Íbamos a un ritmo tranquilo. El cuerpo, medio dormido por la marcha lenta. Y cuando han empezado a arrancar de repente, al cuerpo le ha costado entrar en calor, coger ritmo. Eran dos puertos seguidos, y si uno se queda, no puede empalmar.

A Olano se le ve con gran autoridad. Ha visto que le atacaban los más directos rivales, pero ha respondido bien, sin cebarse.

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