El síndrome Seles
Las jugadoras se muestran atemorizadas cuando se enfrentan con Mónica
La mayor parte de las jugadoras que fueron consultadas por la WTA sobre el retorno de Mónica Seles al circuito femenino dieron carta blanca para que se le facilitara el camino. Sin embargo, ahora, menos de un mes después de su regreso, la vuelta de Seles se ha convertido ya en una plaga que hay que soportar para seguir viviendo. Las mejores tenistas mundiales saben que la necesitan para proteger los intereses de su propio circuito. Pero varias de ellas preferirían no tener que enfrentarse nunca a ella. El nombre de Seles atemoriza. Y muchas de sus rivales han perdido ya sus partidos antes de pisar la pista."Yo creo que a mí todo eso no debe influirme", confiesa Conchita Martínez, de 23 años, que deberá enfrentarse a ella si ambas acceden a las semifinales del Open de Estado Unidos. "Lo que ha hecho es increíble y merece un gran respeto. Pero o juega muy bien, o sus rivales han sentido miedo cuando la han tenido delante. La cuestión es que hasta ahora no se ha probado a fondo, puesto que aún no se ha enfrentado a ninguna de las cinco primeras de la clasificación mundial".
Seles, de 21 años, disputó una exhibición con Martina Navratilova a finales de julio y después hizo su debú oficial en el torneo de Toronto, antes de afrontar su primer Grand Slam, en Nueva York. Desde entonces no conoce la derrota. Venció a Navratilova y superó consecutivamente a Kimberly Po, Nathalie Tauziat, Anke Húber, Gabriela Sabatini y Amanda Coetzer para imponerse en Canadá. En el Open americano ha vencido ya a Ruxandra Dragomir, Erika de Lone y Yone Kamio. Y en estos tres partidos ha cedido sólamente 9 juegos.
Cuando se retiró del circuito, en abril de 1993, era la número uno indiscutible del tenis femenino. Había ganado siete de los últimos ocho Grand Slam en que había participado. Su marcha dejó el camino libre a Steffi Graf, a Arantxa Sánchez Vicario y a Conchita Martínez, que se repartieron los títulos en los grandes torneos. Pero ahora incluso ellas tres parecen haber perdido en parte la calma.
Arantxa y Steffi fueron derrotadas de forma sorprendente en Toronto y abrieron así la posibilidad al triunfo de Seles. Y a las dos les molesta que la ex yugoslava se haya convertido en la protagonista y las haya relegado a un segundo plano.
Tanto ellas como Conchita quieren demostrar que son mejores, que Seles está más gorda de lo habitual, que no está en su mejor momento físico y que no es la número uno. Arantxa lo reconoció públicamente cuando lanzó su reto antes del Open de EEUU: "Veremos quién es la primera". Pero las tres temen este enfrentamiento.
Y se sienten molestas por el trato de favor que está recibiendo Seles. "Que haya vuelto como número uno me parece normal y yo misma lo avalé", reconoce Conchita. "Pero lo que cabrea es que protejan el ranking durante un año y que en este tiempo no le apliquen el divisor de 12 torneos mínimos que nos aplican a todas para confeccionar su clasificación".
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