Verdad obliga

La incomunicación un cerco más de la que sufre Sarajevo y los intensos rumores que corrían de un nuevo aplazamiento del viaje del señor Solana, me indujeron a escribir la carta que, con algún retraso, apareció en EL PAÍS el 16-8-95. En ella no acusaba de "cobardía" al ministro de Asuntos Exteriores como dice don José María Ortega García (EL PAIS,, 25-895); ironizaba sobre su falta de confianza -muy bien fundada por cierto- en el funcionamiento de las zonas de seguridad bajo protección de las Naciones Unidas en Bosnia, establecidas y avaladas con su firma en 1993.Los tres balazos que recibió su automóvil blindado a su entrada en Sarajevo muestran ad nauseam, como le dije poco después en un despacho de la Presidencia bosnia, que no se puede negociar lo innegociable ni retroceder una vez más ante los criminales de guerra de Pale, cuya política de terror masivoontra las poblaciones civiles indefensas convierte a la de ETA en un juego de niños. Lo ocurrido en Srebrenica y Zepa, el machaqueo incesante de Saajevo y lo que se avecina en Gorazde, revelan el fracaso rotundo de la política de apaciguamiento de la ONU., la Unión Europea y el grupo de contacto a remolque de la cual con celo tan bien intencionado como inútil, actúa el señor Solana- Juan Goytisolo.