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Maite Zúñiga, medalla cinco meses después

La española, tras ser octava, recibió el bronce de los Mundiales de pista cubierta

Maite Zúñiga, tres horas y media después de haber sido ayer octava en la final de 1.500 metros, se colgaba la medalla de bronce de los Mundiales de pista cubierta, celebrados hace cinco meses en Barcelona. El atletismo estaba en deuda con la mejor corredora española. Dos de las atletas que la precedieron en aquella competición, la tercera y la cuarta, Lyubov Kremlyova (Rusia) y Violeta Beclea (Rumania) respectivamente, habían hecho trampas. Dieron positivo en el control antidopaje, fueron descalificadas y quienes entraron por detrás de ellas corrieron dos puestos. Zúñiga, del quinto al tercero, que tenía premio: medall' de bronce.La Federación Española de Atletismo recibió hace tiempo la medalla y decidió imponérsela en éstos Mundiales. El acto se celebró en la Casa de España, a cien metros del estadio donde ayer Maite Zúñiga se volvió a confirmar como una competidora extraordinaria, capaz de ofrecer un rendimiento muy superior al de atletas más rápidas que ella. Sexta y séptima en los dos últimos Juegos Olímpicos y ahora, octava de los Mundiales arrastrando un resfriado que casi le aparta de la final. Revelé su secreto: "Yo tengo muy claro el objetivo de cada temporada, me preparo para él y procuro hacerlo lo mejor posible".La medalla supo más a recompensa por su buena actuación en Gotemburgo que a premio por una clasificación fantasma. Su valor, en cualquier caso, no es comparable al del octavo puesto de ayer, conseguido ante las mejores corredoras del mundo, muchas de ellas ausentes en Barcelona 95.

Los 3.000 metros

Mejor impresión aún causó la carrera de Chuvieco en los 3.000 metros obstáculos. Se clasificó para la final coriendo junto a los kenianos y devorando a sus rivales en las inmediacione de la meta para ocupar uno de los cinco primeros puestos que daban acceso a la final. Por seguda vez consecutiva realizó su récord personal (8.20 minutos) y se acerca a pasos agigantados al de España (8.15), pese a que todavía no se puede considerar un especialista, porque hace sólo dos años era el subcampeón europeo júnior de 1.500 metros."Estoy contento con mi cambio de prueba, porque estoy consiguiendo metas fantásticas, pero añoro mi antigua especialidad", dijo.

Los otros dos atletas españoles participantes en la jornada resultaron eliminados, García Chico y Arcos en pértiga, al no superar alturas a su alcance (5,40 y 5,55 metros). Protagonizaron la 27ª decepción del equipo en lo que va de campeonato.

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