EL MAL EJEMPLO DE LA COHABITACIÓN
El príncipe Eduardo de Inglaterra y su novia, Sophie Rhys-Jones, no deberían vivir juntos en el palacio de Buckingham, según la opinión que George Austin, archidiácono de York, expresaba ayer en un artículo publicado en el semanal The Mail on Sunday. Austin escribe que a él le han informado los "conocedores de la familia real" que la reina exige al príncipe y a su novia que ocupen habitaciones separadas. Sin embargo, se declara sorprendido de que un príncipe de sangre real parezca que cohabita con la joven que piensa tomar como pareja. Así, pide que la realeza dé un ejemplo de vuelta a los valores que prohibían el sexo antes del matrimonio. "Estamos inmersos en una cultura", añade, "impuesta en los años sesenta y que ha fracasado claramente, pero de la que podemos escapar".-
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