¿ Por qué los buenos directores no fueron grandes ciclistas?

Los Mejores directores del momento están en el Tour sencillamente porque también participan los mejores equipos. Fuera de la carrera está lo que se considera la Segunda División del ciclismo. Como de directores se trata, no es muy difÍcil apreciar que, como sucede en muchos deportes, casi todos los presente! fueron cocineros antes que frailes. Ahora bien, ¿qué tipo de cocineros?: Jefes de cocina o simples pinches? Un somero repaso al escalafón demuestra que casi ninguno de los actuales directores del Tour fue lo que se dice un jefe de filas. ¿Por qué los mejores directores no han sido grandes ciclistas?Alguien puede señalar con el dedo a Álvaro Pino, director del Kelme, ganador de una Vuelta a España y en algún momento de su vida jefe de filas. Pero Pino es un caso particular porque durante buena parte de su carrera fue gregario. Digamos que Pino supo llegar a ser director habiendo empezado como chico de los recados, razón por la que no se sale de la media general.

Gian Luigi Stanga, director del Polti no ha sido cocinero antes que fraile, pero tiene la respuesta preparada: "Un campeón es un corredor que se ha acostumbrado a preocuparse de sí mismo y no de la escuadra; por eso luego no es un buen director". Un gran campeón fue, por ejemplo, Luis Ocaña, y su fracaso fue evidente en tareas de dirección. Ocaña trataba a sus corredores como si. fueran grandes ciclistas., con el mismo grado de exigencia. Su soberbia le dio grandes problemas, sobre todo cuando se encargó del primer equipo colombiano que visitó el Tour. Ocaña no podía entender la falta de adaptación de unos ciclistas que hacían sus primeros kilómetros en Europa. Llegaba al punto de no darles comida en una etapa para que trabajasen más."Los grandes corredores han sido siempre los más fuertes, mientras que los gregarios han tenido, siempre problemas. Eso quiere decir qué se han acostumbrado a buscar soluciones sin esperar a que nadie lo hiciera por ellos. Los súper sólo son capaces de ver las cosas desde su punto de vista". Lo dice Bruno Leali, actual director del Brescialat y en su día corredor modesto.

Enimanuele Bombini también fue un gregario. Trabajó para Argentin y dirige ahora al Gewiss. "Los gregarios llegan a tener mas experiencia sobre muchas cosas de la carrera. Se han acostumbrado a servir a otros, saben sacrificarse por los demás y tienen un carácter menos egoísta". Echávarri, por ejemplo, tuvo una carrera corta y mediocre, pero siempre recuerda con admiración haber podido trabajar para Anquetil al tiempo que sufrió el egoísmo de un buen corredor español de la época, Pérez Francés.

Resolver los problemas, sacrificarse, ser solidarios, son cualidades de un buen gregario, pero no sólo de un buen director. Falta algo más, y ese aspecto lo pone Juan Fernández, ahora director del Mapei y en tiempos un corre dor que sacó mucho provecho de sus condiciones: "Hay corredores que, siendo gregarios, tienen una gran visión de la carrera. Mucho mejor que algunos jefes de fila. Los hay que han sido ya grandes directores siendo corredores". No hace falta. preguntar mucho para observar cómo, efectivamente, hay gregarios en el pelotón que disponen de una gran capacidad de análisis. Agunos de ellos, caso de Herminio Díaz Zabala, llegan a ser la mano derecha del director en el pelotón: transmiten órdenes, se mueven por el pelotón, hacen encargos y, en los momentos de crisis, mueven las piezas.

Así es como el cliché también se cumple en el ciclismo: los buenos directores no acostumbraron a ser buenos ciclistas.