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Muere el mejor piloto de la historia

Fangio, de 84 años y cinco veces campeón del mundo, falleció ayer en Buenos Aires

Juan Manuel Fangio, el que fuera cinco veces campeón mundial de automovilismo y uno de los mitos deportivos de Argentina, falleció a las cuatro de la mañana del lunes a los 84 años, tras complicarse su infección broncorrespiratoria. El presidente de la nación, Carlos Menem, también ex piloto de rallies y aficionado a los deportes, dispuso que los restos de Fangio sean velados en el Salón Blanco de la Casa Rosada, la sede del Gobierno, antes de que los vecinos de su pueblo natal, Balcarce, al sur de la provincia de Buenos Aires, puedan despedirle en el museo del automovilismo que lleva su nombre y donde se exhiben los autos con que el campeón corrió en todas las categorías.La congoja por la desaparición de Fangio, el ídolo con el que se cierra una época de la historia deportiva argentina, se extendía ayer en todo el país. El automovilismo fue, aún más que el fútbol, el deporte verdaderamente federal de Argentina. Las provincias que no podían competir con grandes equipos de fútbol seguían a sus pilotos de turismo de carretera, donde representaban a poderosas marcas como Ford o Chevrolet, los clásicos rivales. En uno de esos pueblos rurales nació, a los 10 minutos de iniciado el 24 de junio de 1911 -"pero inscrito el 23 porque mi padre le dijo al del registro: nació anoche"-, Juan Manuel Fangio, un chaval hijo de inmigrantes que abandonó pronto el fútbol deslumbrado por el taller de reparación de automóviles y las carreras, en las que debutó como acompañante a los 17 años, arriba de un Plymouth, de cuatro cilindros, modelo 1928, por rutas de tierra, y dejó de correr a los 47 años en Reims, donde disputó el Gran Premio de Francia con una Maserati 250.

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Un palmarés ejemplar

En esos 30 años de competición caben todas las hazañas, los títulos y la leyenda. Fangio ganó 102 de las 186 carreras internacionales en las que participó, y de 51 competiciones por el Campeonato del Mundo, venció en 24. Además de ganar otras 22 series eliminatorias. Fue campeón del mundo en 1951, 1954, 1955, 1956 y consiguió el quinto título en 1957, cuando tenía ya 46 años y superaba a rivales de 25 a 30 años de edad. El 6 de julio de 1958, en Reims, Fangio decidió su retirada. Aquel día se mató Luigi Musso, piloto de Ferrari, la Maserati de Fangio había sido agujereada por todos lados para quitarle peso y en una de las vueltas se partió el embrague. El campeón siguió corriendo por respeto al público, pero en aquel momento sintió que ese nuevo mundo de las carreras concebidas exclusivamente como negocio no le pertenecía.

La fama y la popularidad de Fangio fue aprovechada, a su pesar, con fines políticos. En febrero de 1958, un comando castrista le secuestró antes de correr en La Habana para llamar la atención de la opinión pública. En Argentina, la figura de Fangio era uno de los emblemas de la política deportiva en el apogeo peronista. El ex campeón admitió años más tarde que había sido conservador en su época y que recibió el apoyo económico de un caudillo provincial cuando comenzó su carrera.

El primer infarto lo sufrió en 1971, 10 años más tarde tuvo otro problema cardiaco y al mítico Quíntuple, como se le llamaba popularmente, le hicieron cinco by-pass con los que sobrevivió hasta la madrugada de ayer. No tenía hijos, era soltero, su gran amor fue una mujer con la que no llegó a casarse, según él, "por una estupidez que el tiempo no logró reparar".

La Asociación Internacional de Periodistas de Automovilismo le había elegido como "el mejor piloto de todos los tiempos", por encima de otros grandes como Jackie Stewart, Jim Clark, Stirling Moss y Niki Lauda. En 1973 fue declarado "ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires" junto con el premio Nobel Luis Federico Leloir y el escritor Jorge Luis Borges.

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